Portada de 'El diablo entre nosotros', de Elisabeth Sanxay Holding

Portada de 'El diablo entre nosotros', de Elisabeth Sanxay Holding

Letras

El regreso de Elisabeth Sanxay Holding

Elisabeth Sanxay Holding vuelve al mercado español de la mano de una pequeña editorial de Badajoz, Aristas Martínez Ediciones, que acaba de distribuir 'El diablo entre nosotros', uno de los títulos más excéntricos y menos representativos de la escritora de Nueva York que plantea un misterio cosmopolita en una isla del Caribe

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Hace un par de semanas, chequeando novedades en la librería La Central que tengo al lado de casa, en Barcelona, topé con una vieja conocida (en forma de libro, El diablo entre nosotros) de la que llevaba tiempo sin saber nada: la escritora norteamericana Elisabeth Sanxay Holding (Nueva York, 1899 – 1955), con la que mantuve una breve, pero intensa, relación hará quince o veinte años, cuando la editorial Lumen se lanzó a publicar sus novelas de misterio psicológico en una colección especialmente dedicada a ella: Miasma, La pared vacía, Nido de arañas y puede que alguna más que ahora no me viene a la cabeza, pero lo que parecía una recuperación seria de una autora injustamente olvidada, no tardó mucho en interrumpirse: intuyo que las ventas no debieron ser las esperadas.

Este molesto fenómeno sucede constantemente, y puede que el caso de Georges Simenon sea el más sangrante: Tusquets anunció la publicación de sus obras completas, pero el flujo de novelas acabó secándose (de nuevo, falta de ventas: en España, Simenon no recluta jóvenes lectores, y los viejos ya se las han leído todas). Anagrama y Acantilado lo volvieron a intentar, pero me temo que han llegado a una situación similar a la de Tusquets. El otro día vi que Impedimenta volvía a intentarlo con Evelyn Waugh (Un puñado de polvo), después de que el británico figurase en el catálogo de Anagrama a rebufo del éxito televisivo de Retorno a Brideshead).

Comedia con drama criminal

Elisabeth Sanxay Holding vuelve al mercado español de la mano de una pequeña editorial de Badajoz, Aristas Martínez Ediciones, que acaba de distribuir El diablo entre nosotros (1941), uno de los títulos más excéntricos y menos representativos de la escritora de Nueva York que plantea un misterio cosmopolita en una isla del Caribe y que, cosa rara en ella, mezcla la comedia con el drama criminal de tal manera que no es fácil tomarse los crímenes de turno muy en serio.

Portada de 'El diablo entre nosotros'

Portada de 'El diablo entre nosotros'

No me parece, desde luego, que El diablo entre nosotros sea el título ideal para crear fans de la señora Holding, aunque sí me lo parecían los que editó Lumen hace años y ya vimos cómo acabó la aventura (que coincidió, por cierto, con otro intento fallido, el de exhumar a John O´Hara, que fue a Hemingway y Fitzgerald lo que los Kinks a los Beatles y los Stones). En cualquier caso, gracias a Aristas Martínez Ediciones por volverlo a intentar.

Elisabeth Sanxay nació en el seno de una familia pudiente y contrajo matrimonio con el diplomático británico George E. Holding, gracias a cuyos destinos pudo vivir en diversos países sudamericanos y del Caribe. Publicó cuatro novelas de corte romántico que no acabaron de funcionar comercialmente y, tras el crack del 29, que dejó a los Holding en no muy buen estado financiero, siguió el consejo de su editor y se lanzó a escribir unas novelas policiacas que funcionaron mucho mejor.

Editor animoso

La primera fue Miasma (1929, rescatada por Lumen) y la última, la no traducida al español Widows mite (1953). Su novela más popular fue, sin duda alguna, La pared vacía, que fue llevada al cine en dos ocasiones; primero en 1949, con dirección de Max Ophuls y el título de The reckless moment, y después en 2001, en el largometraje de Scott McGehee y David Siegel The deep end, protagonizado por Tilda Swinton. La pared vacía explica las angustias de un ama de casa cuando se topa con el cadáver del poco recomendable novio de su hija (en la película de 2001, el romance se había convertido en gay) y no sabe qué hacer con él. La pared vacía es un claro precedente de lo que luego ha dado en denominarse Domestic Noir y se centra más en la psicología de los personajes que en el crimen en sí, a la manera de Daphne Du Maurier, Patricia Highsmith o la injustamente ignorada Margaret Millar, que a mí me resulta más interesante que su famoso marido, Ross McDonald.

Raymond Chandler fue un lector entusiasta de los peculiares thrillers de la señora Holding, que en su país funcionaron muy bien hasta que dejaron de hacerlo y que en España siempre han dependido de un editor animoso que les auguraba un mejor destino.

Primero le tocó a Lumen y ahora es el turno de la pequeña editorial pacense. Es una lástima que ésta haya optado, para empezar, por uno de los títulos menos brillantes de su autora, aunque no deja de ser un murder mystery muy digno y entretenido. Pero si alguien quiere entrar en el mundo de Elisabeth Sanxay Holding, hará bien en visitar las librerías de viejo en busca de los espléndidos títulos que publicó Lumen entre 2007 y 2010 y que podrían haber sido muchos más de no mediar el escaso entusiasmo del lector español.