
Isabel Sánchez Vergara
María Isabel Sánchez Vegara: "En literatura infantil se pueden tratar todos los temas, pero deben tener un sentido dentro de la historia"
La autora y publicista barcelonesa, creadora de la serie de biografías 'Pequeña&Grande' del sello Alba Editorial, y traducida a más de treinta lenguas distintas, reflexiona sobre el formato de los libros infantiles, la importancia del diseño y la ilustración y el mercado editorial exterior
Son pocos los hogares con niños en los que no haya alguno de sus libros, porque la colección 'Pequeña & Grande' de Alba Editorial es ya un clásico de la literatura infantil contemporánea. Todo comenzó hace algo más de una década cuando María Isabel Sánchez Vegara fue a la librería en busca un libro para sus sobrinas, que estaban a punto de nacer. Buscaba una obra sobre mujeres extraordinarias, pero no encontró nada. Así surgió la idea de hacer biografías para niños sobre las mujeres clave de la Historia. Sánchez Vegara comenzó con Coco Chanel y, a partir de ahí, ya no hubo marcha atrás. Actualmente la colección cuenta con más de un centenar de títulos y Sánchez Vegara es una de las escritoras en castellano más traducidas. Porque, efectivamente, sus biografías han sido vertidas a casi treinta idiomas. No solo eso: la escritora también escribe títulos directamente en inglés y que se comercializan en el mercado anglosajón, donde tiene incluso más títulos publicados que en España. Actualmente trabaja en una biografía de Annie Leibovitz que le ha encargado su editorial inglesa.
Usted pasó de la publicidad a la literatura infantil. ¿Qué se llevó de ese mundo que le sirviera a la hora de comenzar a escribir?
Me llevé mucho. Desde pequeña me había gustado escribir; quería ser reportera y viajar a África, pero, cuando estaba en el instituto mi profesora de Filosofía, que estaba casada con un publicitario, me dijo que en su opinión yo, más que a periodismo iba encaminada a publicidad, donde también se escribía. Me animé y acabé entrando en la facultad y, posteriormente, empecé a trabajar como redactora publicitaria. La publicidad te enseña a escribir con brevedad, algo esencial en mis libros. En las biografías que escribo tengo que condensar y haberme dedicado a la publicidad me ha ayudado a conseguirlo y a construir una marca propia, teniendo muy claro el objetivo. No me considero una escritora al uso: soy autora, pero también soy la directora creativa de la colección. Soy, por ejemplo, la que escojo a los ilustradores con los que trabajamos y la que intenta guiarlos para que, aunque todos los libros sean distintos, haya una imagen homogénea.

'David Bowie'
Sus dos primeros libros, Yo, El Libro de tu Vida y Amor eran para adultos y se veía perfectamente que para usted el diseño era muy importante.
Me gustan las cosas bonitas. Siempre he sido una entusiasta de los libros-objeto y me han gustado las cosas que tienen una armonía y un sentido estético. Lo estético da valor a las cosas, porque la armonía y la belleza no son algo casual, sino el resultado de un trabajo, No es lo mismo una imagen en color que en blanco y negro, o una ilustración hecha a mano y otra en digital… Además, la estética es contenido, define el objeto y, en mi caso, los libros. De ahí la importancia de ciertas elecciones.
Sus libros están escritos en prosa, pero en ellos la rima y el ritmo poético juegan un papel muy importante.
A mí me gusta mucho escribir y leer poesía para los niños. La poesía es la fantasía del mundo interior. Su ritmo, su construcción breve, la rima…. La poesía es algo divertido y estimulante para los niños y, a través de ella, se pueden hacer muchas actividades que estimulan su imaginación. Cuando visito algún colegio suelo hacer un taller de poesía a partir del libro que publiqué con Elisa Munsó, Poesía: el primer libro de poemas escrito por ti. Permite a los niños inventarse poemas combinando palabras. El primer paso siempre es que se inventen su nombre de poeta. Sobre lo que me comentabas acerca de la poesía y las biografías, hay que tener en cuenta que la colección ha ido cambiando mucho. Piensa que en castellano publicamos el primer título hace doce años. En ese momento no había biografías para niños en las librerías; de hecho, cuando apareció el primer título, el dedicado a Coco Chanel, nadie sabía en qué estante colocarlo. En los primeros títulos el estilo poético estaba más presente. La intención era acercarnos lo más posible al cuento clásico a través de la prosa rimada. Las cosas comenzaron a cambiar cuando los libros empezaron a traducirse al inglés: los editores ingleses preferían un texto en prosa con algo más de información. Así que quise igualar las colecciones, la castellana y la inglesa; por esto, con respecto a los primeros libros, los últimos son más extensos.
¿Usted escribe, por tanto, algunos títulos directamente inglés?
Sí. De los más de cien títulos que forman la colección, los primeros concuenta los escribí en castellano; el resto ya son en inglés

Ilustración de Ana Albero para 'Coco Chanel" de Isabel Sánchez Vegara.
¿Es muy distinto al mercado español?
Muchísimo, no tiene nada que ver. Basta ver las librerías para darse cuenta. Piensa, por ejemplo, en una librería como Waterstones: es como un centro comercial y su sección infantil es inmensa. Allí tienen espacio para casi todos los títulos de la colección, algo impensable en las librerías de aquí, donde no tienen lugar físico para tantos libros.
¿Todos los títulos se traducen a todas las lenguas?
No, para nada. Cada país decide qué libros publicar. Lo que sí es cierto es que el mercado anglosajón es mucho más dinámico y, por tanto, puede absorber más títulos. En Gran Bretaña, por ejemplo, durante el Covid, los libros infantiles en Amazon llegaban a las casas con prioridad respecto a otros productos. ¿Por qué? Es de cajón: los niños estaban en casa y había que distraerlos, darles algo que hacer. Así que se consideró que los libros infantiles eran productos de primera necesitad.
Gestos así ayudan a promover la lectura infantil, promoción que no se hace igual en todos los lugares. Las diferencias entre los dos mercados, de todas maneras, no se limitan a estos aspectos, sino que van más allá: la promoción de los libros en Gran Bretaña es también otra cosa. Por ejemplo, las firmas de libros. Ahí recorres decenas y decenas de librerías y firmas todos los ejemplares que tengan de tu libro. No vas para firmarle un libro a una persona o a gente que está ahí esperando tu autógrafo, sino que firmas todos los ejemplares para fomentar que mucha más gente acuda a las librerías.
¿Qué me dice de los otros mercados? Usted ha sido traducida a muchísimos idiomas.
Bueno, no he viajado a todos los países. Me hace especial ilusión ver mi libro en lenguas tan distintas como el árabe o el chino. No viajo mucho, pero el año pasado estuve en San Diego para una convención de bibliotecarios que se celebra cada dos años y fue muy interesante conocer cómo funcionan las bibliotecas. También fui a la Feria de Frankfurt, en Alemania, país que también posee un mercado muy potente. Es uno de los últimos países en los que se empezaron a publicar mis libros, pero por lo que se refiere al número de títulos publicados es ya muy similar a España.

'Mozart'
¿En cada país se publican, por tanto, títulos distintos de la colección?
Claro. Cada país tiene intereses y sensibilidades distintas. Es muy difícil que un solo mercado pueda publicar todos y cada uno de los libros. Si sumamos los títulos en castellano a los títulos en inglés tenemos 130 títulos. Ni tan siquiera en España se publican todos los libros que escribo en inglés: hay algunos títulos de la colección que solo han salido en el mercado anglosajón. Luego, evidentemente, hay casos concretos: este año, en Alemania he publicado una biografía de Udo Lindenberg, personaje poco conocido aquí, pero que es toda una institución en Alemania. Fue el primer rockero que escribió canciones de rock en alemán. Su historia es, en parte, la historia de la reunificación de Alemania. Al contar su vida se puede contar también parte de la historia de todo un país. Un título como este muy difícilmente se traduciría al castellano. De hecho, ni tan siquiera creo que se comercialice en el mercado inglés.
¿Y por lo que se refiere a las biografías sobre personajes de aquí?
Bueno, hay personajes que tienen mucho interés fuera, como pueden ser Picasso, Rafa Nadal o Dalí. La biografía de Dalí salió el pasado otoño y la escribí porque había interés tanto por parte de Alba como por parte de la editorial inglesa. Otros personajes, sin embargo, al no ser conocidos ni reconocidos fuera, tienen poca trayectoria fuera de aquí, como mi querida Gloria Fuertes.
La colección ahora ha incorporado biografías de personajes masculinos, pero en un inicio las protagonistas eran mujeres. ¿Fue una reivindicación feminista?
Sin duda. En los inicios de la colección, esa reivindicación era más evidente, si bien yo considero que la colección sigue siendo feminista. El feminismo no es solo para mujeres. Es cierto que, cuando ideé la colección, lo hice pensando en mis sobrinas. Buscaba para ellas un libro sobre mujeres cañeras que pudieran ser referentes para ellas. Yno encontré ninguno. Me di cuenta entonces de que ahí había un filón Por entonces, tenía una amiga que estaba leyendo una biografía de Coco Chanel y me contaba aspectos de su vida muy interesantes, así que se me ocurrió escribir yo también su biografía, pero para un público infantil como mis sobrinas. La idea era escribir sobre la Gabrielle niña y contar cómo se convirtió en Coco Chanel. Y a partir de aquí tuve la idea de que se podía ir más allá y no limitarme a un único título, sino que se podía construir una colección con biografías de este tipo, una colección muy necesaria y que llenaba un vacío.

'Agatha Christie'
¿Llegó a imaginar en qué se convertiría esa idea y ese primer libro?
No del todo, pero sí tenía claro que iba a hacer todo lo que estuviera en mi mano para que funcionara. En la nevera me puse un cartel que ponía: “He vendido un millón de ejemplares”
Sí que lo tenía claro.
Sí, porque ya había publicado algún libro, no solo para adultos, sino también para niños y sabía que me quería dedicar a esto y dejar la publicidad. Quería tener una vida más relajada, más personal y con más sentido.
Se ha convertido en la autora en castellano más traducida por detrás Isabel Allende, Vargas-Llosa y Pérez Reverte y también en una de las más vendidas
Me sorprendió, pero no solo a mí. Muchos, cuando vieron mi nombre, se preguntaron quién era yo. No soy alguien que se mueva en el mundillo intelectual, todo lo contrario: yo vivo bastante encerrada en mi burbuja. Lo curioso es que, cuando hablan de obras traducidas a otros idiomas, se refieren a los libros escritos en castellano pero, si se tuvieran en cuenta los libros que escribo en inglés las cifras serían incluso más elevadas.
¿Cree que el desconocimiento hacia usted se debe también al poco caso que desde la prensa se suele hacer a la literatura infantil?
No sabría qué decirte. Seguramente a los autores infantiles no nos buscan tanto, pero también es cierto que, a los niños, que son nuestro público, no les interesa saber quién escribe sino qué escribe. Cuando haces un encuentro con niños se emocionan al verte, pero, al final, lo que les interesa es el libro. Así que los niños conocen bien mis libros, también porque se utilizan en los colegios. Allí, los profesores pueden descargarse material didáctico sobre cada personaje para usar en clase.
Sus biografías comienzan y terminan con el personaje siendo niño.
Una de las cosas que me sorprendía al empezar a escribir con la literatura infantil es que en la mayoría de los cuentos infantiles los personajes siempre tienen la misma edad y es cierto que a los niños les cuesta pensar que el tiempo pasa y las personas crecen y envejecen. Para ellos esto es un descubrimiento, pero, claro, luego está la muerte

lustración de Amaia Arrazola para 'Audrey Hepburn" de Isabel Sánchez Vegara.
Que usted suele obviar.
Hay veces, como es el caso de Anna Frank, en el que, evidentemente no se puede obviar, pero intento acabar las historias dándoles la vuelta, devolviendo a los personajes a la infancia. Desde el inicio me puse la regla que, en todas las biografías, los protagonistas volvían a ser niños que veían sus sueños hechos realidad. Los niños vuelven la mirada atrás, pero en realidad están mirando en dirección al futuro. En el caso de Lorca o Anna Frank, lo que intento, es abrir la puerta para que los lectores más mayores entiendan que el personaje muere, puesto que ya consiguen procesar la muerte, y para que los más pequeños entiendan que el personaje se va, deja de estar, pero sin dar muchos detalles. Lo dejo un poco en el limbo para que sean los padres y profesores los que decidan hasta dónde quieren contar o no.
Usted ha publicado una biografía de Simone Biles en inglés. ¿Cómo ha hecho a la hora de afrontar un capítulo de su vida tan terrible como es el de los abusos?
Al princiio, yo quería ser más explícita, pero influyeron dos aspectos que hicieron que los editores y yo nos replanteáramos el texto. Me explico. En cada libro debo condensar toda una vida, así que intento quedarme con lo esencial: situaciones y hechos que marcan la vida del personaje y sus logros. Pero, por otro lado, la colección es amplia y hay que tomar distancia y verla también como un todo. Desgraciadamente, muchos personajes sobre los que escribo han vivido situaciones duras: el abandono, la pérdida, el bullying,… pero no puedo sumergirme a fondo en el mismo trauma una y otra vez, sino decidir en qué biografía explorar cada uno de ellos.
Al poco de escribir la primera versión del texto sobre Simone Biles supe que este año escribiría también la biografía de Oprah Winfrey. Ambas son dos grandes referentes en Estados Unidos y ambas sufrieron abusos. Aunque, por supuesto, el dolor que ambas sintieron debió ser similar, la trayectoria profesional de Oprah no se entiende sin esos abusos. Fue la primera presentadora que habló abiertamente de ellos en su propio programa de televisión, ante millones de televidentes, marcando un antes y un después. Ese momento es el eje central de su historia, por lo que decidimos que sería en ese libro donde abordaríamos el tema del abuso infantil de forma más explícita.

'Taylor Swift'
¿Le dio muchas vueltas a cómo afrontar la biografía de Oprah?
Fue un reto, pero los abusos no se podían obviar. Cuando escribí la biografía de Lady Di, que tampoco se ha publicado aquí, me enfrenté a un problema similar a la hora de hablar sobre la anorexia. Era un tema que, para mí, era esencial. No solo por cómo marcó la vida de Diana, sino también porque en nuestra sociedad hay niñas y niños de seis años que ya cuentan las calorías. Trabajé mucho para contar de la mejor manera posible la anorexia y debo decir que quedé muy satisfecha cuando, una vez publicado el libro, aparecieron varios artículos en los que se señalaba lo bien que estaba abordado el tema y la importancia de que hubiera libros así dirigidos los lectores más pequeños. En mi opinión, en la literatura infantil, se pueden tratar todos los temas, pero estos deben tener un sentido dentro de la historia que estás contando y, por lo que se refiere a las biografías, deben tener un sentido en la vida del personaje sobre el que escribes.
En las vidas de sus biografiados los logros, la fama y los éxitos no son necesariamente lo central.
Evidentemente. A mí no me importa que los personajes sobre lo que escrito hayan conseguido grandes cosas, que sean el número uno en algo o intelectualmente más brillantes que los demás. Me importa su historia y es esto lo que quiero contar: historias de seres humanos. Por eso intento no quedarme en la imagen que todos podemos tener sobre determinados personajes, no limitarme al estereotipo, e ir más allá.