Portadas de la revista 'El Ciervo'
'El Ciervo': 75 años de periodismo libre que desafían al algoritmo
La exposición del Palau Robert pone en valor el legado de El Ciervo, la revista cultural barcelonesa que defendió el diálogo, la democracia y la libertad durante el franquismo y la Transición hasta hoy, cuando busca erigirse en una alternativa reflexiva y pausada
La revista El Ciervo celebra 75 años de andadura. Llamada la decana de la prensa española de pensamiento, nació, creció y maduró en la resistencia al dogmatismo y la defensa de los valores democráticos, mientras en España imperaba la dictadura de Franco. Lugar de encuentro para intelectuales y pensadores como José María Valverde, Pedro Laín Entralgo o Miguel Delibes, supo conectar con la aspiración de una sociedad que anhelaba cambios profundos, asimilarse a la modernidad europea y abrirse al mundo.
Para conmemorar su aniversario, el Palau Robert ha preparado una exposición con los 813 números publicados de forma ininterrumpida, desde 1951 hasta hoy, un logro que ninguna otra publicación de su clase ha logrado. Comisionada por Sergi Álvarez Riosalido, la muestra, que puede visitarse hasta el 18 de enero, cuenta con ilustraciones de Javier Mariscal, pliegos de poesía y cartas escritas por famosos colaboradores de la revista. Un homenaje a una de las publicaciones más importantes para el pensamiento español y catalán del siglo veinte.
Los orígenes de una revista improbable
En 1951, Barcelona se preparaba para acoger el 35 Congreso Eucarístico Internacional. Después de quince años de oscuridad, con el racionamiento aún en las calles, el régimen comenzaba entonces una tímida apertura al contexto internacional. En este ambiente, un grupo de intelectuales católicos se unen al proyecto iniciado por Francesc Condomines y Claudi Colomer Marqués –director entonces de El Correo Catalán– ambos miembros de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, que buscaban crear una publicación para jóvenes.
Llorenç Gomis i Roser Bofill, directores de la revista que contribuyeron en la configuración ideológica de 'El Ciervo'
Muy pronto, sin embargo, el grupo en cuestión de jóvenes católicos, pero inquietos, decidió independizarse y seguir su propia línea. El proyecto en cuestión era El Ciervo, y desde sus inicios, tuvo la voluntad de discutir y repensar la política, la cultura, la religión. Con un objetivo: encaminar estos sectores hacia el progreso, desde la tradición del humanismo cristiano y en contra del nacionalcatolicismo imperante. Poco a poco, número a número, apostando por el diálogo, en tiempos de represión.
Lo demuestra la visión de las primeras portadas de la revista, impresas en las paredes de la primera sala de la exposición. Cientos de títulos e ilustraciones, ideas y reflexiones sobre la política del siglo XX, que poco a poco, a medida que avanzan los números y los años, van tomando color.
Ilustración de 'El señor del caballito', de Mariscal
Titulares como 'El lenguaje de la democracia', 'La mujer en la Iglesia', 'La pena de muerte' y muchos otros ilustran cómo la publicación, no sin riesgo, abrió debate sobre cuestiones que auguraban la modernidad cuando esta no era una realidad, ni mucho menos. Desde Cataluña, entonces la puerta hacia Europa, se avanzó a discutir sobre las reformas a las que se enfrentaría la Iglesia con el Concilio Vaticano II, pero también en otras: habló de democracia y pacifismo durante el franquismo, fue moderadora y constructiva durante la Transición, y pensó, antes de que existiera, en una España plural, anticolonialista y europeísta. Esta voluntad renovadora, sin embargo, tuvo un precio.
Portadas de 'El Ciervo' de finales de los años 70
Combatir el escrutinio
Desde la exposición así lo destacan, dedicando una sala entera a la cuestión de la censura. El color negro predomina, así como una fotografía de gran tamaño: aparecen en ella Llorenç Gomis, Roser Bofill –fueron matrimonio, y Gomis dirigió la revista desde casi sus inicios hasta principios del 2000–, Xabier Elorriaga y Jaume Boix –actual director–, todos riendo de espaldas a una pared con pintadas. En ellas se lee “Arriba comunistas a la horca”.
La instantánea fue tomada en 1973, después del asalto del grupo neonazi llamado V Comando de Hitler. El Ciervo tenía ya una considerable repercusión pública, y el consiguiente escrutinio del aparato del régimen –autoridades civiles, también eclesiásticas– era casi una constante, a juzgar por las multas, avisos e incluso artículos enteros censurados que se incluyen en la muestra. En algunos de ellos pueden apreciarse los tachones y las anotaciones del censor.
Detalle de un artículo censurado en el que puede leerse: "Esta colaboración hace más sospechosa a Ciervo. ¿Quién no conoce hoy las turbias actividades suyas? La cizaña y el escándalo no es evangélico"
A pesar de la amenaza, el ataque no dañó a la revista. Los medios se hicieron eco de lo que sucedió aquel día en la redacción –amenazaron a la secretaria a punta de pistola, destruyeron el lugar, quemaron algunos archivos–, pero no se limitaron a describir los hechos. La Vanguardia, pero también Le Monde, el Frankfurter, el Herald Tribune, el Times, lo condenaron, y como dejan claro desde la exposición, reforzaron su iniciativa de luchar por la libertad, de expresión y de pensamiento, a pesar de todo.
Perspectiva de la exposición en el Palau Robert
Legado y futuro
El Ciervo es, nada más y nada menos, la revista cultural más longeva de Cataluña y España. Analizar su trayectoria, por tanto, es entender el devenir de la sociedad española y catalana, desde el franquismo hasta nuestros días. Hoy es sobre todo una publicación sobre pensamiento y cultura, aunque en sus inicios, sus grandes temas fueron la política y la reflexión desde la fe cristiana. 'Cuarenta años de cristianismo autocrítico', reza el titular de un artículo del diario ABC del año 1991, incluido en la muestra.
Así como en la primera parte de la exposición se mostraban los orígenes de la revista, en la última de ellas, también colorida, se destaca su continuidad y su histórica labor. Una revista para ganar amigos y La decana de las revistas culturales, son los textos que acompañan al resto de portadas de la revista, colocadas en orden cronológico hasta el último número publicado este mes de septiembre.
'El Ciervo: 75 años de cultura y pensamiento libre'
En las paredes de la sala, las fotografías de Llorenç Gomis acompañado de Jorge Semprún, Lluís Foix o José Luis Aranguren en redacción, dan fe de las horas de charlas y debates que debieron tener lugar con motivo de la revista, y gracias a ella. Otros tesoros que se encuentran son las cartas expuestas de algunos personajes célebres de la cultura española, esos amigos que formaron parte activa o fueron seguidores de El Ciervo. Miguel Delibes, Salvador Giner, Victoria Camps, José María Valverde, Eugenio Trías, entre otros muchos.
Una de las cartas expuestas con una ilustración de Javier Mariscal
Una alternativa al algoritmo
Al final, un vídeo con grandes figuras de la cultura como Eduardo Mendoza, bajo el título 'Reflexiones sobre el futuro de las revistas culturales', da pie a preguntarse, en tiempos de redes sociales, métricas, fake news, inteligencia artificial, ¿dónde deben situarse publicaciones como El Ciervo?
El editorial del 75 aniversario se dedica a responder a esta cuestión, a la que también apunta la exposición: su esencia sigue siendo su propósito, y este es seguir yendo a la contra, también y más aún en el mundo de hoy. Porque, por desgracia, acechan peligros semejantes a los que El Ciervo combatió en sus orígenes.
La dirección, por tanto, es para ellos la opuesta al frenesí de las redes, al eco que se hace de ellas en los medios y en la opinión pública. Ser "una alternativa pausada y profunda de resistencia al algoritmo", como puede leerse en uno de los textos impresos el Palau Robert, en digital, pero también en papel. En definitiva, no dejar de apostar por aquello que los define. Lo resume en pocas palabras el título de esta muestra: '75 años de cultura y pensamiento libre'.