Imagen de 'The critic', dirigida por Anand Tucker
El crítico
Es The critic una película pequeña y triste sobre los extremos de la miseria humana, así como un recordatorio de una época pasada en la que la opinión de un crítico podía casi garantizar el éxito o el fracaso de una función teatral
Movistar produjo recientemente un documental sobre el crítico de cine Carlos Boyero (El crítico) para reflejar como la opinión personal de un hombre podía influir en la suerte (o desgracia) de una película. Hoy día, cuando la opinión de un crítico se la sopla a casi todo el mundo, la cosa desprendía cierta nostalgia por una época pasada, en la que el veredicto de un crítico de cine o de teatro influía en el público, sobre todo en los países anglosajones: España es un país de listos y nadie nos va a decir lo que debemos ver y lo que no.
La figura del crítico de teatro (presentada como la de un ser profundamente perturbado) encontró en la película de Alexander Mackendrick Sweet smell of success (Chantaje en Broadway, 1957) su mejor retrato, gracias, en gran parte, a la brillante interpretación de Burt Lancaster como el despreciable J. J. Hunsecker, el rey de Broadway, el hombre que con sus columnas y su programa de radio te podía elevar hasta los cielos o hundirte en la miseria.
Hunsecker, endiosado protector de su hermana menor, disfrutaba enormemente haciendo daño, jugando con la carrera de actores y directores como si encontrara en ello un gran placer sádico.
Camisas negras
La otra noche pillé en Movistar una interesante película británica que pasó totalmente desapercibida cuando su estreno en 2024, The critic, dirigida por Anand Tucker (al que debemos, entre otras cosas menos interesantes, la serie de televisión Red Riding Trilogy, adaptación de las novelas de David Peace, y el largometraje Shopgirl, basado en la deliciosa novelita homónima de Steve Martin) y brillantemente interpretada por Ian McKellen, el crítico más abominable desde J.J. Hunsecker.
Ambientada en el Londres de 1934, cuando las milicias fascistas de Oswald Mosley ya se dejaban ver por la ciudad con sus camisas negras y sus botas especialmente diseñadas para patear a negros y homosexuales, The critic está escrita por Patrick Barber, sobre la novela de Anthony Quinn Curtain call.
El crítico de cine, Carlos Boyero
Jimmy Erskine (McKellen) es el todopoderoso crítico teatral de The Daily Chronicle, periódico ficticio de derechas que dirige el vizconde David Brooke (Mark Strong). Desde sus páginas, Jimmy alaba y destruye a quien se le antoja, extrayendo de ello un extraño placer (durante su juventud, ejerció de actor, pero su mayor éxito lo cosechó gracias a un Shakespeare representado en Dundee, Escocia). Un buen día, Jimmy inicia una extraña relación de amor-odio con Nina Land, una actriz a la que ha puesto de vuelta y media recientemente.
Cuando despiden al viperino señor Erskine por el tono excesivamente agrio de sus reseñas (así como por su costumbre de ser interrumpido por la policía cuando está siendo sodomizado por algún gañán del extrarradio detrás de unos matojos), éste encuentra una manera de recuperar el trabajo que involucra a la señorita Lund.
Sabiendo que su jefe bebe los vientos por ella, Jimmy planteará un pacto fáustico con Nina: un sinfín de reseñas positivas y entrevistas a cambio de que se acueste con el vizconde Brooke. Con un encuentro le basta para chantajear a su jefe, casado con una mujer enferma y permanentemente alelada. La cosa, como es de prever, acaba como el rosario de la aurora, pero no quiero espoilear a nadie, por si alguien se anima a ver The Critic tras leer este artículo.
¿Muy desagradable?
Es The critic una película pequeña y triste sobre los extremos de la miseria humana, así como un recordatorio de una época pasada en la que la opinión de un crítico podía casi garantizar el éxito o el fracaso de una función teatral. Aquí J.J. Hunsecker encuentra la horma de su zapato gracias a la magnífica interpretación de Ian McKellen, perfecto en su condición de viejo maricón (o queer, si lo prefieren) cargado de mala baba y que ejerce dictatorialmente en su pequeña parcela de poder.
Imagen de 'The critic', dirigida por Anand Tucker
Jimmy no es únicamente un mal bicho, también es un tipo ingenioso, dotado de un sentido del humor criminal, al que el fracaso como actor le ha hecho perder cualquier asomo de empatía con el gremio que lo expulsó.
A veces, viendo cómo se comportaba, a uno le venía a las mientes la figura de Joan de Sagarra, que en paz descanse, un hombre que se tomaba muy en serio el teatro (y a sí mismo) y que disfrutaba mostrándose muy desagradable con la gente que le presentaban (doy fe).
Como Hunsecker y Erskine, Sagarra escribía muy bien, pero tal vez se lo pasaba demasiado bien poniendo a caer de un burro a actores y directores. No estaría mal que Movistar repitiera la operación Carlos Boyero con el difunto Segarra, pero lo veo poco probable: la época en que gente como Jimmy Erskine cortaba el bacalao en la esfera teatral ha pasado definitivamente a la historia y solo sirve para rodar películas tan afortunadas como The Critic, a la que nadie hizo caso porque, probablemente, lo que retrata forma ya parte de nuestro pleistoceno contemporáneo.