
Imagen de 'Cuckoo'
Temerás a los cucos
'Cuckoo' no es un ejemplo de inteligibilidad, pero da lo mismo, ya que la fuerza de las imágenes y el talento como director del señor Singer, hacen que uno se sienta como en una montaña rusa
Soy devoto de las películas de terror, pero casi todo lo que me trago es malo con avaricia. Estoy harto de que me vuelvan a contar lo mismo de siempre y de que haya tan poca imaginación entre los que cultivan el género. Evito cuidadosamente las historias de zombis porque me desespera la lentitud con la que estos se mueven (me gustó Guerra mundial Z porque ahí corrían que se las pelaban y parecían ratas semi humanas) y su tendencia a caminar a paso de caracol hacia gente que les apunta con un rifle o una pistola y pretende volarles la cabeza (además de lentos, gilipollas). El cine de terror, estimulante por definición, se ha convertido en una de las cosas más cansinas del universo. De ahí que cuando me topo con algo que merece la pena, el acontecimiento adquiera carácter de epifanía.
Es lo que me ha pasado con Cuckoo (2024), el segundo largometraje del alemán Tilman Singer (Leipzig, 1988) que acaba de colgar Sky Showtime. El hombre tiene una película anterior, Luz (2018), que ni he visto ni he encontrado en ninguna plataforma y de la cual lo único que sé es que empieza (bien) con una chica entrando aterrorizada en una comisaría a denunciar que la persigue una presencia muy molesta y pesada y con aparentes malas intenciones.

Imagen de la película 'Cuckoo' (2024)
Cuckoo es la historia de otra chica, Gretchen (Hunter Schaffer, la actriz trans de Euforia), quien, tras la muerte de su madre, es acogida por su padre y la nueva esposa de éste, que se la llevan a un resort alpino en el que pasan cosas muy raras y que no siempre se entienden. Sea por voluntad de su autor o porque hay agujeros en el guion, Cuckoo no es un ejemplo de inteligibilidad. Pero da lo mismo, ya que la fuerza de las imágenes y el talento como director del señor Singer, hacen que uno se sienta como en una montaña rusa en la que solo se espera la siguiente sorpresa desagradable.
Una mujer aterradora
Como en el cine de David Lynch, aquí lo importante no es entenderlo todo, sino dejarse llevar e ir empalmando sustos y acontecimientos chocantes.
Cuando Gretchen llega al resort, el director del establecimiento, Herr König (el británico Dan Stevens) la coloca de recepcionista, donde coincide con la pizpireta Trixie (nuestra Greta Fernández) y con una extraña huésped que la seduce y con la que acaba sufriendo un accidente automovilístico cuando les aparece en la carretera una mujer con gabardina y enormes gafas que las obliga a esquivarla y darse el leñazo. La extraña mujer es una especie de leit motiv de la película, una variante del hombre del saco que no se sabe de donde sale ni qué pretende, más allá de dar un miedo del copón. Les aseguro que la tipa es aterradora.

Una imagen de la película Cuckoo (2024)
¿Qué ocurre exactamente en el hotel de Herr König? Pues más allá de unos difusos experimentos eugenésicos a lo doctor Mengele, no sabría decirles. Tampoco sé qué busca Herr König con su costumbre de tocar la flauta en dirección a ese bosque en el que anidan los cucos, que se convierten en otro elemento inquietante de la historia.
¿Y su primera película?
Ver Cuckoo se parece un poco a entrar en una atracción terrorífica de algún parque de atracciones. Todo resulta muy inquietante y te atrapa de manera inevitable, lo que hace que el visionado transcurra a la velocidad de la luz. La dirección del señor Singer bebe de Lynch y de Cronenberg sin ser exactamente deudora de estos dos fascinantes cineastas. En cualquier caso, Cuckoo es una experiencia fascinante en un mundo que, como el cine de terror, cada día es más predecible, formulaico y banal.
Intuyo que Tilman Singer va a ser un nombre a tener muy presente por los devotos del cine de terror hartos de que nos endilguen siempre lo mismo. Y en cuanto a las plataformas, ¿alguna sería tan amable de colgar su primera película, Luz?