El consultor diabólico
Sustentada en el trabajo impecable del actor Christoph Waltz, que triunfa en las películas de Tarantino, la serie 'El consultor' es una rareza que fascina
24 marzo, 2023 20:00El actor austríaco Christoph Waltz (Viena, 1956) es imbatible a la hora de interpretar a personajes siniestros habitualmente dotados de un sentido del humor tirando a retorcido, como pudimos comprobar los que lo descubrimos en la película de Quentin Tarantino Gloriosos bastardos interpretando a un oficial nazi, el coronel Landa, cuyas apariciones le hicieron merecedor del Oscar al mejor actor secundario (galardón que volvería a ganar en otro largometraje de Tarantino, Django desencadenado). La nueva serie de Amazon Prime The consultant (El consultor) se sostiene gracias a él y a una intriga tragicómica que el guionista británico Tony Basgullop ha adaptado de la novela homónima del escritor norteamericano Bentley Little, especializado en historias de suspense, terror o ciencia ficción cuya obra, que yo sepa, permanece inédita en España. The consultant pertenece, sin duda alguna, al sector de las rarezas de las plataformas de streaming, y suscita más preguntas que respuestas, lo cual deja abierta la puerta a una posible segunda temporada que, a día de hoy, no está del todo claro que llegue a rodarse. Aunque tal vez es mejor que no se ruede y que nos quedemos todos pensando de dónde sale ese ser diabólico que interpreta el señor Waltz y que responde por el improbable nombre de Regus Patoff, que tiene toda la pinta de ser un acrónimo del departamento de patentes de los Estados Unidos: REGistered US PATents OFFice, como sospecha uno de los personajes secundarios de esta miniserie de ocho capítulos de media hora de duración cada uno.
La acción de El consultor transcurre en una empresa de videojuegos creada y dirigida por un coreano de veinte años y establecida en Los Ángeles. Un día, durante una visita escolar, uno de los niños saca un revólver y le vuela la cabeza al geniecillo de Seúl. Acto seguido, hace su aparición el extrañísimo Regus Patoff, portando un contrato firmado con el difunto que le otorga la potestad de dirigir la empresa en caso de fallecimiento de su fundador. Sonriente y untuoso, Patoff no sabe ni a qué se dedica la compañía ni tiene la menor idea de en qué consisten los videojuegos, pero parece tener un olfato especial para acudir al rescate de iniciativas que se están yendo al hoyo. Dos de sus trabajadores, Craig (Nat Wolff) y Elaine (Brittany O´Grady, a la que descubrimos en la primera temporada de The White lotus), intuyen enseguida que hay algo turbio y, sobre todo, muy extraño en su nuevo jefe (¿por qué es prácticamente incapaz de subir y bajar unas escaleras sin apoyarse en alguien?, ¿por qué obliga a sus subordinados a trabajar descalzos?, ¿por qué nadie sabe dónde vive y cuando Craig y Elaine dan con la dirección, el GPS les lleva a un retrete portátil en las colinas de Hollywood, en mitad de ninguna parte?, ¿por qué Patoff es cliente habitual de un joyero especializado en fabricar huesos de oro macizo?). Patoff se ha hecho el amo de la empresa y la triste realidad es que nadie sabe quién es, de donde sale y qué pretende exactamente, aunque él insiste en que es un simple consultor al que las compañías recurren cuando pintan bastos.
Avaricia corporativa
Una vez al mando, Patoff recurre a las maniobras más viles del capitalismo para promover la inquina mutua entre sus empleados y la pulsión de hacer lo que haga falta para prosperar. Su anterior empleo, como descubre Elaine, fue en una empresa rusa cuyo mandamás fue hallado decapitado en su domicilio. Moviéndose entre el drama, la crítica social, un humor de sonrisas congeladas y un terror muy sutil, El consultor es una de las experiencias más inquietantes del momento para el consumidor de la televisión por streaming. No sé si con otro actor habría funcionado igual de bien, pero lo dudo: hay algo en Waltz que lo hace ideal para el papel, consiguiendo que nos interesemos por sus maldades, aunque, como Craig y Elaine, no sepamos exactamente a quien (o a qué) nos enfrentamos. El personaje es de lo más raro que se haya visto en cualquier pantalla últimamente, aunque, a efectos prácticos, sea un hacha en lo suyo (aunque haya que secuestrar a un elefante y soltarlo por las calles de Los Ángeles para promocionar un nuevo videojuego que se convierte ipso facto en un éxito).
Sin riesgo a incurrir en el spoiler, les puedo decir que uno llega al final de El consultor sin saber quién o qué es el siniestro Regus Patoff. Pero durante cuatro horas hemos sido incapaces de apartar los ojos de la pantalla (yo me la tragué en dos sentadas), fascinados ante tan extraño personaje y haciéndonos preguntas sobre su auténtica naturaleza (entre ellas, la de si no estaremos ante el mismísimo Satán, que se mueve como pez en el agua en los ambientes de avaricia corporativa). Aunque Wolff y O´Grady están muy bien en sus respectivos papeles de creativo badulaque a punto de convertirse al catolicismo para casarse con su novia (aunque se pase el día bebiendo y drogándose) y ambiciosa arribista con algo de corazoncito, El consultor es lo que es gracias a Christoph Waltz, en estado de gracia una vez más (cuando no habla, su expresión lo dice todo) y capaz de mantenernos cuatro horas enganchados a una historia que, en el fondo, no acabamos de entender del todo. Y casi es mejor que sea así: ningún final explicativo podría estar a la altura de los horrores que nos ha sugerido ese ser demoníaco que se hace llamar Regus Pattof.