Imagen de la miniserie británica 'Trigger point', sobre terrorismo en Londres / MOVISTAR

Imagen de la miniserie británica 'Trigger point', sobre terrorismo en Londres / MOVISTAR

Cine & Teatro

Londres bajo las bombas

La miniserie 'Trigger point' constata cómo los atentados terroristas no vienen siempre de comandos islamistas y que el peligro está en el supremacismo blanco

8 julio, 2022 14:16

Quienes disfrutaran de la serie española Antidisturbios es muy probable que se enganchen ahora a la miniserie británica Trigger point (también en Movistar), centrada en los esfuerzos de una brigada de artificieros de la policía londinense comandada por la superviviente de Afganistán Lana Washington (Vicky McClure, la inspectora Kate Fleming de Line of duty, la excelente serie de Jed Mercurio, quien aquí figura como productor ejecutivo). En el primer capítulo, Lana ve morir a su compañero de fatigas Joel Nutkins (Adrian Lester), y eso es solo el principio de una serie de ataques terroristas cuya autoría no está nada clara. Al principio, todo parece apuntar a un comando islamista, pero pronto se registran sospechas de que tras los atentados puede haber una pandilla de supremacistas blancos adscritos al colectivo semi legal English Flag (Bandera Inglesa), liderado por una fanática llamada Agatha Jack. Cuando los bombazos empiezan a ser reivindicados por los Crusaders (Cruzados), Lana y su equipo se van haciendo a la idea de que el espanto procede de sus propios compatriotas.

Lana no lleva una vida fácil. Sale con un colega de la sección antiterrorista, Thom Youngblood (Mark Stanley), pero no está muy segura de la relación y acaba liándose con un ex militar reciclado en mecánico de coches, Karl Maguire (Warren Brown). Su hermano, Billy (Evan Mitchell), es un inútil que no trae más que problemas y que se muestra preocupantemente comprensivo con los energúmenos de English Flag. En su unidad, hay un sujeto que tampoco parece tener nada en contra de los Crusaders…Y las bombas no dejan de estallar en ese Londres gentrificado como si hubiéramos retrocedido a los años del Blitz.

Imagen de la miniserie 'Triger point' / MOVISTAR

Imagen de la miniserie 'Triger point' / MOVISTAR

Vistos los primeros cuatro episodios (quedan dos), es indudable que Trigger Point no es el colmo de la originalidad, pero cuenta una historia que interesa y engancha. El creador y guionista, Daniel Brierley, es un alumno aventajado de Jed Mercurio (cuya miniserie Bodyguard fue la más vista en el Reino Unido en 2021) y puede decirse de él aquello de que de casta le viene al galgo. Es su primera serie y el tipo promete. Como de costumbre en las producciones británicas, el reparto funciona a la perfección y Vicky McClure demuestra que puede aguantar una ficción ella sola, sin el apoyo que le brindaban sus eficaces compañeros en Line of duty: con sus rasgos duros y su nula aspiración a sex symbol, McClure resulta absolutamente creíble en su papel de artificiera mayor del reino.

SIN INCURRIR EN EL PATRIOTERISMO

Los diferentes directores se han puesto de acuerdo para practicar un ritmo vibrante y mantener siempre al espectador al borde de la sorpresa (desagradable y violenta). El decorado, la ciudad de Londres, parece vivir de espaldas a los peligros que la acechan y a los esfuerzos de una unidad policial por librarla de males mayores. Además de una serie de acción, Trigger Point es también (como lo era Antidisturbios) el estudio de un particular microcosmos en el que la sociedad no se para a pensar muy a menudo, el de una gente que se pone voluntariamente en peligro para que al ciudadano medio no le vuelen la cabeza mientras va a la panadería o a tomarse un trago al pub más cercano. Y lo hace sin incurrir en el patrioterismo ni emitir ningún tipo de queja sobre el desinterés social que provoca la policía en general y su unidad de artificieros en particular, compuesta casi exclusivamente por ex militares bregados en guerras lejanas. La película de Kathryn Bigelow The hurt locker ya trataba el tema, pero desde una perspectiva más filosófica. En Trigger point, todo el mundo va al grano sin dar muchas explicaciones: los terroristas están para hacer daño y la policía, para impedirlo.

A falta de ver los dos episodios que me faltan, creo poder asegurar que Trigger Point es una miniserie impecable para los aficionados a esta clase de historias, y le auguro un futuro glorioso al señor Brierley mientras quedo a la espera de la próxima entrega de Line of duty, de ese padrino sensacional que es Jed Mercurio, uno de los guionistas más brillantes de la actual ficción televisiva británica.