Los culebrones turcos, el fenómeno mundial del momento
El país del Bósforo produce más de 150 series al año, llegando a 600 millones de personas
13 junio, 2021 00:00Son el fenómeno mundial del momento. Si hay algo por lo que últimamente Turquía está en boca de todos, además de por la política de Erdogan, y por los injertos capilares, es por las grandes series de televisión que produce el país.
Con más de 150 superoducciones al año, se calcula que el país otomano llega a cerca de 600 millones de personas solo con sus ficciones. De hecho, Turquía se consolida como segunda nación con mayor producción de contenido audiovisual y se sitúa tan solo por detrás de Estados Unidos.
Los dueños del 'prime time'
Y es que si hubo un día en el que los españoles cayeron rendidos a los pies de los seriales latinoamericanos como Gata Salvaje, Betty la fea, Rubí, Pasión de Gavilanes o Doña Bárbara, ahora, estos, quedan relegados por las historias que protagonizan, por ejemplo, Can Yaman.
Las cadenas estatales apuestan cada vez más por una programación que incluya una mayor oferta de dramas procedentes del país del Bósforo. Un hecho que ha llevado a Antena 3 y a Telecinco a disputarse el prime time en las noches de invierno.
Un cóctel perfecto
Por regla general, sus tramas, suelen presentar un contenido muy parecido al del culebrón convencional. El amor, la tensión sexual, las intrigas y los secretos forman el cóctel perfecto para llamar la atención de todas esas personas que van en busca de su ratito de evasión diaria.
Sin embargo, según explica, a Crónica Directo, Robert Monzonis, doctorado en Psicología y máster en comportamiento no verbal por la Universidad Ramón Llull, el bomb de los seriales turcos se debe a diversos factores.
El contenido
Pese a que un gran número de ellos continúan estrechamente ligados a la mentalidad machista --todavía muy arraigada en el mundo del islam-- el hecho de que el hombre ejerza un papel simbólicamente dominante sobre la mujer puede ser incluso un aliciente que ayude a empatizar con la protagonista. Una realidad que se da en un elevado porcentaje del público y que nace de la voluntad de apelar a la falsa “sensibilidad femenina”.
En este sentido, se pretende que la protagonista sea capaz de transmitir mucho más al telespectador que su compañero de reparto. Una situación que se produce por su carácter abierto, así como por la elevada carga sentimental que presenta su personaje, exteriorizando casi siempre sus emociones, explica el psicoanalista. Algo que también se da en las series provenientes de la América latina.
El mayor escaparate de Turquía
Asimismo, remarca que, en estos seriales, uno de los protagonistas casi siempre se encuentra en una posición social superior al otro. Un status que aparentemente goza de mayor reconocimiento y que es casi siempre, adjudicado al hombre. Se trata de un elemento trascendental a la hora de trazar una trama amorosa capaz de dar la emoción necesaria. En ella, ambos deberán enfrentarse al rechazo social que supone la unión de dos civiles de diferente clase.
Por otro lado, el experto apunta a que el hecho de que geográficamente Estambul se encuentre más cerca que el continente americano influye también en crear una sensación de proximidad física que suele ir unida a una puesta en escena mucho más contemporánea y afín a nuestro día a día. Una acción muy estudiada y que puede responder a la voluntad gubernamental de utilizar las series como escaparate y mostrar al mundo la cara más europea de Turquía.
Publicidad subliminal
Según Monzonis, el hecho de que se proyecte "una ciudad ejemplar y segura" acaba llamando la atención del telespectador, llegando a despertar la curiosidad por visitar el lugar en el que transcurren los hechos con el objetivo de familiarizarse con los personajes.
Por ello, el psicólogo establece un claro paralelismo entre la visión cosmopolita y occidental que se intenta ofrecer y la publicidad subliminal que tendría como objetivo fomentar el turismo en el país.