La desaparición de Barbara Neder
La serie Dark Woods da cuenta de la seriedad y el rigor alemán a la hora de plantear un thriller, aunque carente del humor de los británicos
5 junio, 2021 00:00En cuanto a seriedad y rigor, los thrillers audiovisuales germánicos no suelen tener nada que envidiar a los británicos. Las principales diferencias son una absoluta falta de sentido del humor por parte germánica, así como un incremento de solemnidad en el relato de las desgracias de turno. Lo podemos volver a comprobar con la estupenda miniserie en seis capítulos del canal Cosmo Dark Woods (Bosques oscuros, no me pregunten por qué nos la presentan con el título en inglés porque excede a mis posibilidades de entendimiento), inspirada en hechos reales: la desaparición en 1989 de Barbara Neder (Silke Bondenbender), hermana del jefe de la policía de Hamburgo, Thomas Bethge (Matthias Brandt) y su coincidencia en el tiempo con dos dobles asesinatos en un bosque de la Baja Sajonia. Treinta años se tiró el comisario Bethge buscando a su hermana desaparecida y, por lo menos al final del tercer y último capítulo emitido hasta la fecha, el hombre parece seguir tan en la inopia como la noche en que la pobre Barbara se desvaneció. Aunque cualquier espectador adicto al género intuye que desaparición y asesinatos están relacionados, las autoridades se empeñan en separarlos, intuimos que por ahorrarse problemas y trabajo. Para acabar de complicar las cosas, una y otros han tenido lugar en la Baja Sajonia, donde Bethge carece de capacidad investigativa (o sea, de jurisdicción) por hallarse el territorio a una discreta, pero suficiente, distancia de Hamburgo. De ahí la entrada en escena de la emprendedora inspectora Anne Bach (Karoline Schuch), quien, mientras sus superiores señalan al marido de la desaparecida --el matrimonio estaba en trámites de divorcio--, se fija en un extraño jardinero de la zona, Jurgen Becker (Hanno Kofler) cuyo historial da qué pensar: sendos intentos de asesinato de mujeres a los 14 y 20 años respectivamente.
Al final del capítulo tres, los crímenes del bosque parecen haber sido dejados a un lado tras el suicidio del principal sospechoso, un escultor neurótico y depresivo que vive entre la espesura con su sufrida esposa y sus dos desventuradas hijas, pero estoy convencido --uno lleva ya mucho thriller a la espalda-- de que resurgirán y, además, estarán relacionados con la extraña desaparición de la hermana del comisario Bethge.
Bien escrita y bien dirigida
Dark Woods es una de esas series llamadas a pasar desapercibidas entre el torrente de novedades que inunda las plataformas de streaming, lo cual sería una lástima, ya que se trata de uno de esos productos sólidos y fiables, bien escritos, bien dirigidos (por Sven Bohse) y bien interpretados que tal vez no constituyan el colmo de la originalidad, pero son ideales para espectadores interesados en tramas policiales nada pirotécnicas, pero de una carpintería admirable. Los crímenes reales tuvieron en vilo a los alemanes durante años, pero eso no convierte la serie en un producto localista y carente de interés para audiencias foráneas. E incluso el hecho de que el elenco sea totalmente desconocido para el público español refuerza al realismo de la propuesta (en sus equivalentes británicos, siempre corres el riesgo de que al asesino lo hayas visto haciendo de vicario en otra serie).
Tal vez sea pedir mucho al lector que se fije en esta modesta y eficaz producción germánica cuando las plataformas bullen de propuestas con rostros conocidos y presupuestos holgados, pero Dark Woods resulta ideal para el consumidor de intrigas clásicas y es un muy buen ejemplo de lo que se puede conseguir cuando todo funciona como debe funcionar. Recomiendo esperar a que concluya la emisión de la miniserie y tragarse los seis capítulos durante un fin de semana, preferentemente lluvioso.