La ventana indiscreta
Joe Wright es el responsable de la adaptación audiovisual de la novela de A. J. Finn, con un resultado convincente y atractivo
19 mayo, 2021 00:00Con su película de 1954 Rear window (La ventana indiscreta), Alfred Hitchcock creó un subgénero de las historias de misterio, escritas o filmadas, al que se apuntó en 2018 el norteamericano A. J. Finn (un seudónimo) con The woman in the window (La mujer en la ventana), que se convirtió ipso facto en un best seller: las tramas protagonizadas por alguien que, por el motivo que sea, vive encerrado en su casa, se aburre como una seta y se dedica a espiar a sus vecinos, descubriendo algo que más le valdría no haber visto porque solo va a traerle problemas. Como tantos otros miles de seres humanos, también yo me tragué la novela del señor Finn, pasé con ella un rato entretenido y la olvidé a los dos días de concluir su lectura. Lo único que recuerdo de ella es que se dejaba leer con cierto interés, que no estaba muy bien escrita y que, francamente, te acababa llevando a la conclusión de que daba lo mismo leerla que no leerla.
Al año siguiente de su publicación, como era de prever, La mujer en la ventana fue llevada al cine, pero entre la tibia reacción del público congregado a esas proyecciones que organizan las productoras para testar su último lanzamiento y la pandemia del coronavirus, la película se quedó sin estrenar en salas, siendo adquirida por Netflix, que la colgó en su plataforma hace unos pocos días y que yo me tragué una de esas noches en las que el cerebro no te da para mucho y solo aspiras a pasar el rato con un thriller medio decente. Curiosamente, mis escasas expectativas se vieron recompensadas con lo que me pareció una excelente película de intriga que superaba al original literario y que recomiendo encarecidamente al querido lector, sobre todo si no ha leído el libro o si, como yo, lo leyó, pero no lo recuerda.
Un thriller conseguido
¿Por qué es mejor la adaptación audiovisual de La mujer en la ventana que la novela original? Para empezar, el director, el británico Joe Wright --al que debemos películas tan distintas, pero tan interesantes, cada una a su manera, como Expiación y Hanna-- tiene más talento para su oficio que el enigmático señor Finn. Para continuar, Amy Adams está espléndida en el papel protagonista (esa Anna Fox que padece agorafobia y se dedica a observar desde la ventana a sus nuevos y extraños vecinos), y lo mismo puede decirse de Gary Oldman, Julianne Moore y Fred Hechinger (los observados, entre los que destaca el hijo adolescente del matrimonio Russell, Ethan): los personajes que en el libro eran un poco de cartón piedra son en la película seres humanos francamente creíbles, sobre toda esa Anna Fox cuya confusión y angustias te tocan la fibra sensible gracias a esa excelente actriz que es Amy Adams. Y, para acabar, el guion de Tracey Letts (que también se reserva una plaza de actor como el psiquiatra que atiende a domicilio a la atormentada reclusa) mejora sustancialmente la novela (Letts es un dramaturgo ganador del Pulitzer por su obra August: Osage County, también llevada al cine, e intérprete ocasional que ganó un Tony por su intervención en una puesta en escena de ¿Quién teme a Virginia Woolf? en 2013).
Dirección, actuación y guion convierten una novela resultona, pero probablemente innecesaria, en un thriller estupendo. Orson Welles prefería adaptar libros mediocres porque así podía hacer lo que quisiera con ellos y, con un poco de esfuerzo, mejorarlos. Eso es lo que han conseguido Wright, Letts y Adams con La mujer en la ventana, otra vuelta de tuerca al tema del recluso chismoso que merece la pena ver, tanto si uno no tiene la noche para revisar a Bergman como si aspira a disfrutar de un thriller francamente conseguido.