La industria del cine ha sido una de las más afectadas por la crisis del coronavirus. Salas cerradas en todo el mundo, estrenos programados que se han quedado en el aire, rodajes parados… A pesar de esto, el consumo de contenidos audiovisuales se ha disparado, hasta alcanzar picos jamás vistos.
Las plataformas de streaming, como Netflix y Disney Plus, han hecho su particular agosto durante el aislamiento. Netflix ha sumado 15,8 millones de suscriptores solo en el primer trimestre de 2020, según los datos publicados por la misma plataforma, alcanzando así los 167 millones de usuarios que consumen contenido en sus casas. Además, en estos meses han aparecido nuevas opciones para disfrutar de creaciones audiovisuales.
Salas de cine y mercado digital
En este este escenario, el 6 de abril, en mitad de la crisis, la distribuidora y productora española A Contracorriente Films creó Sala Virtual de Cine, un medio digital para dar salida a los estrenos cinematográficos (y reposiciones) que no se podían exhibir en las salas y poder ayudar a los cines a beneficiarse del consumo bajo demanda del mercado.
“No nos gusta la palabra plataforma, ya que no somos un gran bufé de películas como Netflix. Tratamos de tener una selección curada de títulos, máximo 70, y lo que pretende Sala Virtual de Cine es hacer partícipes a los cines de una nueva forma de consumo y una parte de la audiencia que está ahí”, explica Eduardo Escudero, director de negocio de A Contracorriente Films.
Pagas por lo que ves
Sala Virtual de Cine ofrece tanto títulos independientes como grandes estrenos de varias productoras, distribuidoras y salas de proyección. El usuario alquila la película durante 72 horas y paga solo por lo que ve. No hay una suscripción mensual.
Este formato ha conseguido más de 30.000 suscriptores en solo tres meses. “Sala Virtual de Cine ha venido para quedarse”, afirman desde la distribuidora.
Las plataformas de streaming: ¿aliados o enemigos?
Las salas de cine veían como una amenaza las plataformas de consumo de contenidos bajo demanda. Pero la situación ha provocado un cambio de visión. “Las plataformas son un complemento, no un sustitutivo. Tenemos que adaptarnos y buscar en ellas un aliado y no un enemigo”, explican desde A Contracorriente Films.
“Hay muchos estudios que certifican que quienes más consumen en las plataformas de streaming, son quienes más van a ver películas. Al final, es como pedir pizza en casa. Está bien, pero no es la misma experiencia gastronómica que disfrutarla en un restaurante. Igual que ir a un restaurante, ir al cine es un acto social y los humanos somos seres sociales por naturaleza”, compara Escudero.
Pérdidas económicas
Las estadísticas sobre la evolución de los ingresos anuales de la industria del cine en España estimaban que, en 2020, el sector alcanzase casi 700 millones de facturación. Con el cierre de las salas, el sector prevé más de 200 millones de pérdidas.
“Hollywood no está trabajando a causa de la crisis sanitaria, pero tenemos el deber de reactivar el mercado cinematográfico”, confía Escudero. Y añade: “El objetivo de Sala Virtual de Cine es compartir los ingresos que genere con los cines y distribuidoras”.
Las limitaciones de los cines convencionales
Las salas de proyección convencionales tienen limitaciones de espacio, tanto para los espectadores como para los estrenos de contenido. “El sistema de salas es ineficiente porque hay exceso de títulos en cartelera y cada estreno debe tener su traje a medida”, comentan desde A Contracorriente Films.
“En invierno, habrá una avalancha de películas que tenían previsión de estrenarse durante los meses de aislamiento o en verano y que no se han podido estrenar y, con ello, un bloqueo”. Por ello, Sala Virtual de Cine es una alternativa para el estreno de películas durante estos meses de aislamiento y una nueva experiencia para el espectador.