Imagen en 3D sobre los rascacielos que el PSC pretende construir en Bellvitge / CG

Imagen en 3D sobre los rascacielos que el PSC pretende construir en Bellvitge / CG

Artes

El PSC de L'Hospitalet quiere construir diez rascacielos sobre el túnel del Metro

Cada bloque tendría 26 plantas y 90 metros y se levantarían encima del estacionamiento de TMB en Bellvitge

20 febrero, 2017 00:00

A la alcaldesa de L’Hospitalet del Llobregat, Nuria Marín, se le ha vuelto en contra el diseño de su Plan Director Urbanístico (PDU) para la ciudad. No solo no ha conseguido, al menos de momento, el necesario apoyo de los grupos para tirarlo hacia delante, sino que expertos alertan de que no es posible.

En concreto, se centran en una de las partes del proyecto que afecta al espacio de Can Trabal, el último terreno agrícola de L’Hospitalet, donde se encuentra más del 80% de la diversidad biológica de la zona. Es en ese mismo punto donde Marín pretende construir diez de los 26 rascacielos que plantea el PDU.

Sobrepeso en el túnel

“Es técnicamente inviable”, explica a Crónica Global el arquitecto y asesor del grupo Canviem L’Hospitalet, Fran Villaexcusa. Lo es porque justo en ese mismo área se encuentra también el estacionamiento de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), junto a la parada de Hospital de Bellvitge, donde los convoyes llegan vacíos para cambiar de vía.

“No puedes poner encima de un túnel del metro el sobrepeso de un edificio de 90 metros. Por la cimentación y por el nivel freático, porque ahí cavas tres metros y tienes agua” prosigue Villaexcusa refiriéndose a los bloques, planteados para que tengan 26 plantas.

Manhattan en L'Hospitalet

El concejal expone su disconformidad, además, porque los diez rascacielos pertenecen a un proyecto de parque público que supondría un impacto anual de un millón de euros en seguridad privada. “Estos bloques están colocados para que se entre a la ciudad en coche. La alcaldesa ha diseñado un plan para copiar la estética de Manhattan”.

La situación actual del PDU es desconcertante. Legalmente, el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, tiene la última palabra y puede aprobarlo si así lo quiere. Pese a no tener el apoyo de la mayoría de grupos.