Artes

Operación Chamartín (IV): la BBC entra en juego

12 enero, 2017 00:00

Empieza un nuevo año. Empieza un nuevo ciclo para la mayor obra de Europa. Para la Operación Chamartín. Hora es ya de que se haga. Para pronto es tarde. Pero, ya que es tarde, no corre prisa. La prisa sólo existe en las oficinas de Distrito Castellana Norte (DCN). Aunque podían haber atosigado y presionado a la corporación de la alcaldesa Botella. ¿Por qué no se aprobó con Botella la Operación Chamartín? Todos los estamentos eran del mismo color. Todos del Partido Popular. ¿Por qué se suspendió a última hora, en el último minuto? Dicen que por dos causas. Una, porque el presidente del BBVA, Francisco González, no le hizo la reverencia a Aznar. ¿Qué clase de reverencia? ¡Ah! Ahí está el interrogante. Y dos, porque esta obra faraónica querían dejarla para que se pusiera la medalla doña Esperanza Aguirre. Se daba por casi seguro que sería alcaldesa. Pero no. No fue así. Y bien que lo ha sentido. Aunque no ha explicado demasiado, o nada, sobre este proyecto de Chamartín. Con lo que habla en la Gran Vía y de Chamartín no dice palabra. Sorprende.

Por el otro lado del campo, el ayuntamiento no tiene prisa. Ninguna. Tiene la llave para empezar, pero no tiene prisa. Sí la tiene el Ministerio de Fomento. Como los pasados días vencía el convenio que tiene con Distrito Castellana Norte, sociedad de BBVA y San José para desarrollar la Operación Chamartín, ya se lo ha renovado. Lo había anunciado el nuevo ministro, Íñigo de la Serna, “prorrogaremos el convenio que tenemos con los promotores para dar suficiente tiempo a la negociación”. Quiere que el proyecto lo realice DCN. Sin nuevo concurso. Al ayuntamiento le da igual, por ahora. Total, que se reunieron el ministro y la alcaldesa, De la Serna y Carmena, y acordaron constituir una mesa de negociación. Con todas las partes en litigio. Ya se reunieron el pasado 19 de diciembre. Para nada, de momento. Volverán a reunirse. ¿Quiénes forman la mesa de negociación? La BBC. Como en el fútbol. Tres delanteros con sus equipos detrás. Antonio Béjar (B), por DCN; Juan Bravo (B), por Adif (Ministerio de Fomento), y José Manuel Calvo (C), por el ayuntamiento. La BBC de la Operación Chamartín. Empieza el partido.

B, de Antonio Béjar

Es el presidente de Distrito Castellana Norte. El creador de juego. El más interesado en que se gane el partido. A lo grande. Nada de miserias, ni por la mínima. Quiere un desarrollo con “unas características de ambición y de importancia como se merece Madrid”. “Es una operación (o partido) tan relevante para Madrid que tiene que estar fuera de toda duda su importancia”, manifestó al terminar la primera reunión técnica celebrada en el campo de La Cibeles.

El máximo ejecutivo de la compañía está satisfecho con el apoyo de los vecinos . “El señor del tercero B se entusiasma cuando le decimos que si esto sale adelante su hijo no tendrá que atravesar un descampado para ir al metro”. Béjar ha asegurado que “el bloqueo del ayuntamiento a nuestro proyecto es tremendamente impopular” y ha criticado al equipo municipal por “dar la espalda a los vecinos y no pensar en los madrileños”. “Representamos a unos inversores que por responsabilidad no deben, ni pueden, ni van a invertir en proyectos que no tienen la rentabilidad adecuada”.

De apellido salmantino y origen sevillano, Antonio Béjar lleva ya 25 años alejado de la Giralda, en cuyas proximidades creció. Tras estudiar Derecho en su tierra, emprendió un periplo laboral de la mano de BBVA que le ha llevado a nueve comunidades autónomas, aunque con Madrid como centro. Sevillano y sevillista, conoce y admira Madrid lo suficiente como para aplaudir el carácter acogedor de la capital, un lugar en el que “se suavizan todas las pasiones que uno trae de su tierra”.

Béjar lleva casi dos años al frente de Distrito Castellana Norte, la sociedad participada por BBVA y la constructora San José que quiere llevar a cabo la quinta prolongación de la Castellana. Desde 2012 está en el consejo de esta compañía y conoce el proyecto. Califica esta responsabilidad de privilegio, pero tiene por delante el reto de impulsar un proyecto que lleva 20 años parado. “Pero como la vida profesional son retos, y que te planteen un reto también es un privilegio, pues aquí estamos”.

B, de Juan Bravo

Es el presidente de Adif. El trabajador del equipo. El encargado del ministro, Íñigo de la Serna, de recuperar pelotas para Béjar. Para el pasador estrella. Es la referencia para que no haya descalabro y se pierda el  partido. Será “el punto de referencia, la nueva estación de Chamartín, en la nueva etapa. Es barrer para casa, sin ayuda del árbitro. Porque el partido (la operación) hay que ganarlo en un “plazo razonable”. No se puede esperar a la prórroga. Mucho menos a que haya otro partido. Que lo mismo nos cambian al árbitro, a la alcaldesa. Porque hay rumores de compra del partido. Con antelación. Distrito Castellana Norte, o sea BBVA y San José, ya han calculado por adelantado el beneficio para Adif. Esto huele a compra de partido. Se estiman 1.200 millones de euros por los derechos de los terrenos y eso “no es objeto de negociación”. Así que hay que jugar para contentar a la afición, a los ciudadanos del norte de Madrid.

Con bagaje en la estructuración y financiación de infraestructuras y en modelos de colaboración público-privada. Juan Bravo ha sido el de consejero delegado de Metro de Madrid hasta hace poco. Ahora vuela alto. Dirige la empresa pública que administra la infraestructura ferroviaria del país. Es el principal brazo inversor del Ministerio de Fomento.

Bravo es licenciado en Derecho y funcionario de carrera. Ha ocupado la dirección del departamento de gerencia de la agencia de evaluación y calidad de la Administración General del Estado (Aeval). Fue subsecretario de Justicia entre 2012 y 2014, y antes (entre 2003 y 2012) concejal de Hacienda y Administración Pública en el Ayuntamiento de Madrid. Como Consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid en la década pasada, coordinó la estructuración y financiación de grandes proyectos de infraestructuras, como la ampliación de Metro y de Metrosur.

Junto a Manuel Cobo y pegado a Gallardón, participó en el proyecto de la reforma de la M-30. Buen sitio para entrenar. Sabe de qué va el partido. ¡Lo que sabrá de la M-30!

Por recordar y hacer memoria. Bravo fue uno de los dirigentes políticos del Ayuntamiento de Madrid que participó en la reunión en que, sin debate y en apenas 25 minutos, el Gobierno municipal de Gallardón aprobó el 26 de marzo de 2007 un aumento de gasto de 1.632 millones de euros a pagar en 32 años a la empresa Calle 30. Supuso encarecer en un 18,61% el proyecto estrella de Gallardón (el soterramiento de la M-30) dos años antes. Ahí es nada. Él dirige Adif y va a negociar la Operación Chamartín.

C, de José Manuel Calvo

Delantero centro. Quien debe rematar... y marcar. Por algo lleva la C, de Cristiano, de Calvo. Quiere un “calendario razonable”. Para no pasarse de forma, para que no se le vaya un remate fuera. Mientras, entre partido y partido, entre reunión y reunión, entrena como colocarse. Para rematar.

Es el concejal delegado del Área de Gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid. Con buen currículum académico, pero sin experiencia. El hombre que ha paralizado la Operación Chamartín que tenían diseñada BBVA y la constructora San José --el mayor planteamiento urbanístico de Europa, con una inversión de 6.000 millones de euros-- ha estrenado su vida laboral con el cargo de mayor responsabilidad en el Ayuntamiento de Madrid.

José Manuel Calvo estudió Arquitectura la Universidad Politécnica de Madrid entre 2002 y 2009. Un año después hizo un máster en proyectos arquitectónicos avanzados, y entre 2010 y 2014 el doctorado. En 2014 Calvo se presentó a un concurso de ideas organizado por el Gobierno municipal de Ana Botella para remodelar el Kilómetro Cero. Su proyecto, Los lunes en Sol, hecho con Javier de Esteban Garbayo, José Manuel de Andrés Moncayo, y Ana Sabugo Sierra, fue preseleccionado. Quedó en tercera posición. Se repartieron 6.000 euros de premio.

Él quiere rematar esta operación. Para cuando se acerque el verano. Para cuando se termine la liga. Quiere ser el titular. Sin cambios. No vaya a ser que falle Carmena o... Carmona, o como se llame. ¡Qué lío de letras! Pero él quiere ser el rematador final porque Chamartín es “la pieza esencial de este desarrollo” y “no puede esperar más”. Esta liga la quiere ganar. Y con sus goles. ¿Quién rematará la Operación?  La C. ¿Calvo, Carmena, Carmona...? Sigue el lío de letras. Será cosa del nuevo año.