El abandonado castillo del siglo XVI que pone en jaque a una inmobiliaria catalana: un Bien de Interés Cultural a punto del colapso

Cada vez hay más edificios históricos que se dejan perder. Incluso construcciones declaradas bienes de interés cultural están en un estado tan deplorable que la propia fiscalía tiene que intervenir ante el riesgo de colapso.

Esto es lo que ha pasado en Tarragona, donde el fiscal ha dado un paso al frente para evitar la desaparición de Mas Cusidó, un castillo siglo XVI que se encuentra en un estado de abandono extremo. 

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Denuncia a la inmobiliaria

El fiscal de Patrimonio ha presentado una denuncia contra la inmobiliaria catalana propietaria del edificio, acusándola de un delito contra el patrimonio histórico por falta de mantenimiento, lo que ha llevado a su grave deterioro. 

La denuncia se basa en el principio de dolo eventual, lo que significa que la empresa, aun sin intención directa de destruir el castillo, ha permitido que su deterioro avance hasta el punto de poner en riesgo su existencia.

Un Bien de Interés Cultural en la 'lista roja'

El castillo, convertido en una masía fortificada, fue declarado Bien de Interés Cultural en 1949, aunque poco a poco se ha dejado perder. La situación actual es tal que corre el peligro de colapsar si no se adoptan medidas inmediatas, según advierte la fiscalía. 

La torre principal, que aún se mantiene en pie, presenta grietas significativas en sus muros y la vegetación ha invadido gran parte de la estructura, acelerando su degradación. La asociación Hispania Nostra, dedicada a la defensa del patrimonio, ha incluido el castillo en su "Lista Roja", señalando que el techo ya se ha derrumbado y que el conjunto se encuentra en un estado de ruina irreversible.

Un símbolo de fraternidad

La pérdida de esta fortaleza puede ser un duro golpe para la historia de Cataluña. Su valor no sólo es arquitectónico, forma parte de la esencia y cultura del territorio.

La historia del Mas Cusidó se remonta al 29 de septiembre de 1568. En esa fecha se redactó un acta de conciliación entre dos familias influyentes de la época: los Pallarès y los Elies. En el acuerdo, ambas familias aceptaban compartir el paso por sus respectivos terrenos, un pacto que evidenciaba la importancia estratégica de la masía en aquel momento.

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El nombre del castillo

Años más tarde, la viuda de Joan Elies, Caterina, adquirió la propiedad de la masía. Pero no fue hasta finales del siglo XVI, con el matrimonio de su hija Magdalena con Antoni Cosidor, cuando la finca pasó a conocerse como Mas Cusidó, un nombre que ha perdurado hasta hoy.

Durante los siglos XVI y XVII, la casa reforzó su estructura defensiva con la construcción de una torre de vigilancia cuadrada, con el objetivo de protegerse de los constantes ataques de piratas berberiscos que asolaban la costa tarraconense en aquella época.

Una torre con defectos

Con sus 12 metros de altura, la torre cumplía un papel esencial en la seguridad de la masía, y todavía hoy, a pesar de su estado ruinoso, se mantiene en pie como testimonio de aquellos tiempos convulsos.

Las reformas convirtieron a Mas Cusidó en una masía fortificada catalana, casi un castillo. Su cuerpo central, el más antiguo, está construido sobre una base de mampostería, con muros de tapia y una puerta de entrada de gran solidez, con arcos de piedra bien trabajados.

Torre del Mas Cusidó WIKIPEDIA

En su interior, se pueden encontrar vestigios de su pasado noble, con grandes arcos apuntados y de medio punto que aún sobreviven al paso del tiempo.

Uno de los aspectos más interesantes del castillo es la presencia de grafitos históricos en sus muros, algunos de los cuales datan de entre los siglos XVII y XIX. Pero cada vez están en peor estado.

Cambios y estados

A lo largo de los siglos, Mas Cusidó ha sufrido varias modificaciones y ampliaciones, pero su deterioro se ha acelerado en las últimas décadas. Los incendios forestales de 1995 y 2006 amenazaron la estructura y contribuyeron al debilitamiento del edificio. Desde entonces, el castillo ha permanecido en el olvido, sin intervención alguna por parte de sus propietarios.

El deterioro de Mas Cusidó ha llegado a un punto tan crítico que el fiscal de Patrimonio se ha visto obligado a intervenir. Considera que la inmobiliaria propietaria del castillo es responsable directa de su degradación. 

La empresa denunciada

La empresa, con sede en Barcelona, adquirió la propiedad en 1984, pero no ha realizado ninguna actuación de conservación en las últimas cuatro décadas. En la denuncia, el fiscal argumenta que el estado de abandono del castillo podría haber sido evitado con una mínima inversión en conservación, especialmente teniendo en cuenta que se trata de un Bien de Interés Cultural, lo que obliga a sus propietarios a garantizar su mantenimiento.

Para reforzar su caso, el fiscal ha solicitado varias diligencias al juez instructor. Por un lado, solicita la declaración del administrador de la inmobiliaria en calidad de investigado, así como la elaboración de un informe técnico del arqueólogo municipal sobre la importancia del castillo y las medidas necesarias para su restauración. 

Aviso de Hispania Nostra

Asimismo, se reclama un reportaje fotográfico a cargo del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que documente el estado actual del edificio. Por último, demanda la comparecencia de Bárbara Cordero, coordinadora general de Hispania Nostra, como testigo experta en el deterioro del patrimonio histórico.

Precisamente, ha sido esta organización la que ha dado la voz de alarma. Esta organización trata de revisar el patrimonio arquitectónico del país señalando el estado en el que se encuentra. Al ver Mas Cusidó se tuvo claro del riesgo de colapso que presenta.

Castillo al borde del colpaso

El destino de Mas Cusidó pende de un hilo, aseguran. Si la justicia falla a favor de la fiscalía, la inmobiliaria propietaria podría ser obligada a asumir la restauración del castillo o enfrentarse a sanciones por su negligencia y revertir la situación.

Sin embargo, si la situación sigue sin resolverse, el edificio, que ya ha perdido parte de su estructura, podría colapsar en los próximos años, poniendo fin a más de 450 años de historia.

Cómo llegar

Conocer este bien en ruinas es casi una pequeña excursión desde Tarragona. Queda a 15 minutos de la ciudad. Se debe ir en busca de la A-7 en dirección Barcelona, tomar la salida 1168 hacia El Catllar y cruzar por encima de la autovía y tras eso girar a la derecha que lleva hasta el Mas Cusidó.

Desde Barcelona es lo mismo, pero en dirección opuesta. En cualquier caso, hay 80 kilómetros de distancia y eso alarga el tiempo de viaje a una hora y diez minutos.