Ni Mura ni Besalú: el precioso pueblo medieval cerca de Girona perfecto para una escapada esta Navidad
- Este municipio está declarado Conjunto Histórico-Artístico y Bien Cultural de Interés Nacional
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Navidad es una de esas fechas en las que uno quiere vivir unos días de ensueño. Son muchos los que intentan ir a pueblos típicos como Mura para ver su feria del Tió o a Corbera para ver a todo un municipio volcado en el pessebre vivent. Pero hay otros que, por sus encantos, ofrecen un atractivo especial por estas fechas.
Cerca de la Costa Brava, entre las colinas de las Gavarres y las tierras bajas de la llanura del Empordà, se encuentra uno de los pueblos medievales más impresionantes de Cataluña. Se trata de un rincón que parece propio de una historia de Disney, Peratallada.
Historia y Navidad
Declarado Conjunto Histórico-Artístico y Bien Cultural de Interés Nacional, este rincón único parece detenido en el tiempo, ofreciendo un viaje a una época feudal en pleno siglo XXI. Sus calles estrechas y empedradas, su imponente castillo y sus murallas bien conservadas hacen de este destino un lugar perfecto para una escapada navideña inolvidable.
Si a todo esto se le añade la decoración navideña y el aire fresco que trae la tramontana, hace que Peratallada adquiera un ambiente único. Solo le falta la nieve. La magia ya la tiene.
Qué ver en Peratallada
Sólo hacer falta fijarse en el nombre y en sus características. Peratallada, derivado de Petra scissa o Petra Tallada, hace alusión a la roca tallada sobre la que se asienta el pueblo.
Este material no solo da nombre al lugar, sino que es la base sobre la que se ha edificado toda su identidad arquitectónica y cultural. La piedra de gres trabajada, visible en cada rincón, se convierte en el alma de este pequeño enclave medieval.
Un castillo convertido en palacio y monumento
Dominando el centro del pueblo, el castillo-palacio de Peratallada es el emblema de su pasado feudal. Construido sobre un montículo rocoso que sobresale hasta cinco metros del terreno circundante, el castillo data al menos del siglo XI, aunque algunos elementos arquitectónicos sugieren que podría ser aún más antiguo.
Su imponente torre del Homenaje, de planta rectangular y coronada por merlones, es su rasgo más distintivo. Esta estructura defensiva, con su puerta adovelada y pisos intermedios de madera, se alza como testigo de los tiempos en los que la nobleza del linaje Peratallada gobernaba estas tierras.
A su lado, el palacio, orientado hacia la Plaça del Castell, muestra la riqueza y el poder de sus antiguos ocupantes. El conjunto está rodeado por una muralla de piedra que refuerza su carácter inexpugnable y conserva detalles como los merlones y fragmentos de antiguos bastiones, añadiendo un aire místico a este majestuoso edificio.
Las murallas
Más allá de esta edificación de carácter defensivo, Peratallada fue en su época una de las localidades catalanas mejor fortificadas. Su sistema defensivo, compuesto por tres recintos de murallas con altas torres y profundos fosos excavados en la roca viva, sigue siendo una de sus características más impresionantes.
Los segmentos mejor conservados se encuentran al norte y al noroeste del pueblo, destacando el Portal de la Verge, único acceso bien preservado. Este portal, flanqueado por torres y conectado por un puente sobre el foso, es un recordatorio del ingenio arquitectónico de la época.
Entramado de calles
Con registros de su existencia pertenecientes al siglo X, todo indica que la distribución urbana de Peratallada no ha cambiado significativamente desde la Edad Media. Desde la Plaça Major, con sus porches singulares, hasta sus laberínticos callejones empedrados, el pueblo conserva su carácter auténtico.
Las viviendas tradicionales, con plantas bajas abovedadas usadas en su día como bodegas y almacenes, mantienen su esencia original. Muchas de estas construcciones datan de los siglos XVI y XVII, y ofrecen una visión fascinante de la vida cotidiana en tiempos medievales.
Qué hacer en Navidad
Pero por si todo eso fuera poco, en Navidad, Peratallada se transforma en un lugar mágico. Todas estas callejuelas se iluminan, y el encanto medieval del pueblo se mezcla con el espíritu festivo de la temporada.
Además, celebra un mercado típico navideño de carácter solidario para ayudar a los más necesitados. Una acción cada vez más extendida por estas fechas. De allí que este pequeño municipio de apenas 153 habitantes se convierta en un destino perfecto para quienes buscan desconectar y sumergirse en una Navidad distinta y llena de historia.
Pueblo gastronómico y artesano
Aunque no todo es legado cultural. Más allá de su arquitectura, sus calles, sus casas, su castillo y su arquitectura en general, Peratallada también enamora por su oferta gastronómica y comercial.
Sus calles están salpicadas de restaurantes que ofrecen desde cocina tradicional catalana hasta propuestas más contemporáneas, convirtiendo cualquier visita en una experiencia culinaria inolvidable. Además, pequeñas tiendas de artesanía local y productos típicos añaden un toque especial al paseo por el pueblo.
Cómo llegar
Acercarse hasta allí en Navidad es relativamente fácil. Peratallada está ubicado a unos 40 kilómetros al este de Girona, lo que equivale a unos 45 minutos en coche. Pero tampoco está mucho más lejos de Barcelona, desde donde se tarda aproximadamente una hora y media.
Desde la capital catalana, lo más fácil es ir por la AP-7 hasta Girona y luego continuar por carreteras locales hacia el Baix Empordà. Eso sí, al llegar al municipio, es necesario dejar el coche en los aparcamientos habilitados en las afueras, ya que el núcleo urbano medieval está restringido al tráfico. Desde allí, un breve paseo lleva directamente al corazón del pueblo.