No hace falta alejarse mucho de las grandes ciudades para ir a ver un castillo. Y menos en Cataluña. La comunidad autónoma cuenta con 600 fortalezas repartidas por todo el territorio en mejor o peor estado. Su emplazamiento estratégico hacía de esta tierra un lugar muy deseado y disputado y se procuró una buena defensa.
Los siglos han pasado y muchos han caído en desuso. Algunos se mantienen en pie y se han reconvertido, permiten visitas y demás. Otros, directamente, han quedado completamente abandonados. Y a las puertas de Barcelona hay uno considerado Bien de Interés Cultural Nacional y, en cambio, está abandonado.
Dónde está
El edificio en cuestión está a poco más de media hora de la capital, sobre una colina que domina el territorio del Baix Llobregat, es la Torre Salvana. Se trata una construcción con casi mil años de historia y un enigmático presente.
Conocida hoy como el “castillo del infierno”, esta fortificación despierta el interés de curiosos, aficionados al misterio y amantes de lo paranormal, quienes acuden con la esperanza de captar los fenómenos inexplicables que la rodean.
Una torre medieval
A pesar de tener forma de castillo, desde su fundación en el año 992, la Torre Salvana fue concebida como una torre de defensa avanzada. Su ubicación estratégica le otorgaba una ventaja notable, permitiéndole controlar tanto las tierras de cultivo que rodeaban el río como el paso por la región.
A lo largo de su historia, esta fortaleza fue modificada y renombrada en diversas ocasiones. Inicialmente conocida como la Torre d’Eles, ya en el siglo XIV se la denominaba Torre de Cort o de Sacort. Sin embargo, los conflictos de la época también dejaron huella en sus muros. En 1224, fue severamente dañada durante una serie de revueltas catalanas. Casi siete décadas después, Jaime II adquirió la fortificación, manteniéndola bajo control real hasta 1390, cuando fue vendida a la ciudad de Barcelona.
El devenir de la Torre Salvana siguió marcado por los acontecimientos políticos. Tras la Guerra de Sucesión Española, en 1716, fue confiscada por su apoyo a la causa del archiduque Carlos de Austria. Desde entonces y hasta finales del siglo XVIII, pasó a formar parte del patrimonio de diversas familias nobles, incluidos los marqueses de la Manresana y de Santa María de Barberà.
A lo largo de los siglos, la torre fue transformándose en una masía fortificada, y su apariencia actual es resultado de estas numerosas intervenciones. Su trazado inicial románico del siglo X fue modificado con elementos góticos en los siglos siguientes, y en el XVIII y XIX se añadieron características neogóticas, como almenas y torretas de defensa que, aunque nunca formaron parte del diseño original, le otorgaron una estética imponente y acorde con las tendencias de su época.
Nuevo nombre, más misterio
Con el tiempo, la actividad agrícola que rodeaba la torre desapareció, y la Torre Salvana quedó sumida en un abandono que solo parece romperse con el interés que despierta entre los buscadores de lo paranormal. La leyenda que envuelve a la torre ha generado un halo de misterio alrededor de su historia, y hoy en día es uno de los lugares de culto al misterio más populares de Cataluña.
Los visitantes aseguran que el castillo, que luce desolado y en ruinas, es un punto activo de fenómenos paranormales, y las experiencias que muchos aseguran haber vivido han alimentado la fama de Torre Salvana como el “castillo del infierno”.
Historias paranormales
Algunos visitantes aseguran haber captado psicofonías mientras exploraban el lugar. Los testimonios narran que algo invisible los tocó o los sujetó por sorpresa, incluso sintiendo cómo les tiraban del brazo o de otras partes del cuerpo.
En una de las estancias cerradas del castillo, un grupo de exploradores, mientras realizaban una sesión de ouija, fueron sorprendidos por una piedra que se lanzó hacia ellos a gran velocidad sin explicación aparente. Otra de las experiencias más escalofriantes reportadas es la aparición de un denso humo negro, descrito como viscoso, que entró por una ventana y desapareció en la pared. Segundos después, el humo reapareció y sobrevoló las cabezas de los presentes, dejándolos perplejos.
Sin embargo, la imagen más perturbadora de todas es la de una niña espectral que algunos visitantes afirman haber visto. Esta figura, con una apariencia pálida y cabello largo y oscuro, viste un camisón blanco y lleva en la frente lo que parece ser una herida de bala. La descripción de la niña se repite en varias ocasiones, lo que ha reforzado la idea de que la torre está habitada por presencias sobrenaturales.
Sea verdad o no, lo cierto es que la Torre Salvana es un Bien de Interés Cultural cargado de historia y misterio, que atrae tanto a los estudiosos de su pasado histórico como a los que buscan emociones fuertes y encuentros con lo desconocido. De hecho, hay quien prefiere ir aquí que a la cercana Colonia Güell de Gaudí.
Cómo llegar
Para llegar a la Torre Salvana desde Barcelona, se puede tomar la carretera B-10 en dirección a la salida 14 hacia la C-31, para luego incorporarse a la C-32 en dirección a Sant Boi de Llobregat. Tras unos kilómetros, se debe tomar la salida 53 hacia la carretera BV-2002, que lleva directamente a Santa Coloma de Cervelló. El trayecto en coche desde el centro de Barcelona suele durar alrededor de 25 a 30 minutos, dependiendo del tráfico.
En transporte público, se puede tomar la línea R5 o R6 de los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC) desde la Plaza de España hasta la estación de Colonia Güell. Desde allí, una caminata de unos 15 a 20 minutos lleva a la Torre Salvana, pasando por senderos señalizados que conducen hasta las ruinas de una hora.