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Cataluña está erigida sobre ruinas romanas. Ya no es que lo digan los libros de historia, sino que esta se impone y se materializa a cada paso que se da por casi cualquier ciudad. Los entramados, las partes de la vivienda, las plazas de las ciudades son parte del urbanismo que ya ideó el legendario imperio.

Pero esto no es todo. El territorio está salpicado de templos, domus, murallas y otros edificios de la era romana. Algunos, por eso, permanecen bajo tierra u ocultos bajo otros edificios que se construyeron encima. Incluso castillos.

Sobre una edificación romana

Lo común es ver castillos que se remontan a la Edad Media, de hecho, casi todos, pero uno de los más notables es el castillo de Santa Florentina, situado en Canet de Mar, a unos 40 minutos de Barcelona. Aunque se trata de una fortaleza neogótica del siglo XX, su origen es mucho más antiguo, pues fue levantado sobre los restos de una fortificación romana, lo que lo convierte en un ejemplo único de la evolución arquitectónica en Cataluña. Esta estructura, que combina elementos medievales y modernistas, refleja la rica historia de la región y su patrimonio cultural.

El castillo de Santa Florentina tiene su origen en el siglo XI, cuando se construyó una casa fortificada sobre la antigua fortificación romana. A lo largo de los siglos, la construcción fue ampliada durante la Edad Media para reforzar su carácter defensivo. 

Un toque modernista

Fue en el año 1910 cuando el famoso arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner, conocido por sus obras en Barcelona, como el Palau de la Música Catalana, llevó a cabo una importante restauración y ampliación, dotando al castillo de su aspecto actual. Esta intervención de Domènech i Montaner, que combinó elementos neogóticos y modernistas, consolidó al castillo como una de las joyas arquitectónicas de Cataluña. En 1988, el castillo fue declarado Bien de Interés Cultural debido a su importancia histórica y arquitectónica.

Castillo de Santa Florentina / JORDI DOMENECH - WIKIMEDIA COMMONS

A lo largo de su historia, el castillo ha estado vinculado a varias familias influyentes. En el siglo XIV, Ferrer de Canet fue uno de los propietarios más notables, quien contribuyó a su expansión y esplendor. Posteriormente, en el siglo XVI, la familia Muntaner tomó posesión del castillo, y así se mantuvo hasta que la propiedad pasó a manos de la familia Capmany. Uno de los momentos más destacados de su historia ocurrió en 1908, cuando el rey Alfonso XIII se alojó en el castillo, lo que llevó a Ramón de Montaner i Vila, su entonces propietario, a recibir el título de conde de Canet.

Cómo es Santa Florentina

Pero más allá de la historia ya arquitectura, el castillo de Santa Florentina alberga una interesante colección de arte, con obras de artistas catalanes de principios del siglo XX. Además, en su fachada se pueden observar gárgolas esculpidas por Carles Flotats i Galtés, que añaden un toque único a la estructura. 

Hoy en día, el castillo se ha convertido en un lugar popular para eventos, como bodas y sesiones fotográficas, y cada verano acoge un Festival de música clásica, lo que refuerza su papel como un importante centro cultural en la región.

Además de su importancia histórica y cultural, la localidad de Canet de Mar, donde se encuentra el castillo, ofrece una serie de atractivos para los visitantes. Entre ellos, el Ayuntamiento, construido en 1906, es un ejemplo del legado arquitectónico de la zona. Diseñado por Emili Cabanyes, destaca por su sala de Plenos, decorada con un intrincado artesonado. Otro punto de interés es el Santuario de la Misericordia, una obra neogótica de mediados del siglo XIX, que pese a haber sufrido daños durante la Guerra Civil, conserva su majestuosidad original.

El entorno del castillo y del pueblo también invita a disfrutar de la costa mediterránea a través de su paseo marítimo, que se extiende hasta la localidad vecina de Arenys de Mar. Este paseo, rodeado de palmeras y vegetación autóctona, ofrece un espacio ideal para actividades al aire libre y cuenta con un circuito de ejercicios físicos. Además, se puede observar una escultura de Neptuno que emerge del Mediterráneo, un símbolo del estrecho vínculo entre la cultura local y el mar.

Cómo llegar

Para llegar al castillo de Santa Florentina en Canet de Mar desde Barcelona en coche, el trayecto es sencillo y cómodo, con una duración aproximada de 40 minutos. La ruta más directa es tomando la C-32, también conocida como la autopista del Maresme, que conecta Barcelona con varias localidades costeras de la provincia. Desde el centro de la ciudad, se debe tomar la salida 86 hacia Canet de Mar, y una vez allí, seguir las indicaciones locales hacia el castillo. La carretera C-32 ofrece un trayecto rápido y directo con vistas al Mediterráneo en algunos tramos.

Alternativamente, otra opción es tomar la carretera N-II, una ruta más escénica que bordea la costa desde Barcelona. Aunque este camino es un poco más largo, ofrece vistas al mar durante gran parte del recorrido. Al llegar a Canet de Mar, es recomendable seguir las señales que llevan al centro del pueblo y desde allí, dirigirse hacia el castillo de Santa Florentina, que está bien indicado. Ambas rutas son accesibles y bien mantenidas, lo que facilita una visita sin complicaciones.

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