El arte catalán ha dejado una huella significativa en la escena internacional. Nombres como Salvador Dalí y Miquel Barceló en la pintura, o Antoni Gaudí en la arquitectura, son referentes ineludibles que han cautivado al mundo con sus obras.
El arquitecto de Reus, en particular, ha revolucionado el concepto de arquitectura modernista con la Sagrada Familia y otros edificios en Barcelona, que han fascinado a generaciones enteras. Y el genio surrealista llegó a dar el salto a Hollywood de la mano de Disney y Hitchcock. Y todo gracias a su arte.
Pero esta presencia catalana no se limita solo a los grandes nombres del siglo XX. El arte de tiempos mucho más antiguos también ha llamado la atención del mundo, siendo el arte románico uno de los movimientos más estudiados y apreciados a nivel global.
Como es sabido, el arte románico catalán se caracteriza por su espiritualidad y simbolismo. Estuvo siempre muy ligado a la religión, de allí que su máxima expresión tanto pictórico como arquitectónica se viera en iglesias, como las de Taüll o Boí. Las formas de estos edificios religiosos, sus ventanales, sus ábsides, sus torres del campanario, su trabajo con la piedra, han situado este arte en el mundo.
El arte románico
También las pinturas que había en estas iglesias han sido motivos de estudios, investigaciones y doctorados a lo largo del mundo. A pesar de que siempre fueron de carácter religioso, los colores empleados, las formas de los rostros, los detalles expresivos e incluso son los gestos son muy característicos.
Esto sin contar con su ubicación, la mayoría eran murales realizados en los interiores de ermitas y otras iglesias, cuando no retablos y otras pinturas. Todo ello ha alcanzado tal relevancia que no solo es objeto de estudio en las principales universidades del mundo, sino que algunas de sus obras más representativas han llegado a ocupar importantes espacios en museos fuera de España.
Toledo y Cataluña
Uno de los lugares más curiosos donde se encuentra exhibido el arte románico es en Toledo, pero no la ciudad española, sino la localidad situada en Ohio, Estados Unidos, que se ha convertido en la capital del arte románico catalán en el país norteamericano.
El Toledo Museum of Art alberga en sus salas fragmentos de pinturas murales que en su día decoraban iglesias del Pirineo catalán. Una de las más importantes la del mural de la iglesia de Sant Iscle i Santa Victòria de Surp, en Rialp.
Cómo llegaron hasta allí
Las piezas fueron trasladadas en 1953, tras ser extraídas por el taller del conservador y restaurador Ramon Gudiol. Las obras se encuentran ahora repartidas entre el Museu Diocesà d’Urgell, el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) y el Toledo Museum of Art.
Las que pinturas que se encuentran es Estados Unidos, además, tienen más misterio. Estas piezas son atribuidas en parte al Maestro del Juicio Final, un pintor románico itinerante cuya identidad se desconoce, pero que hizo algunas de las mayores joyas del arte medieval catalán.
Un autor especial
Este artista dejó su huella en diversos templos del Pirineo, incluyendo la iglesia de Santa Maria de Taüll y los ábsides de Sant Climent de Taüll, ambas en el Vall de Boí. En el caso de Sant Iscle i Santa Victòria, las pinturas incluyen representaciones de los apóstoles y la Maiestas Domini, el Cristo en Majestad, una de las figuras icónicas del arte cristiano que se repite tanto en pintura como en escultura y mosaico.
Claro que quien quiera verlo tiene un problema. Aunque hoy en día el templo sigue en pie, en el Pallars Sobirà (Lleida), su interior ha cambiado drásticamente. Las pinturas murales que una vez decoraron sus paredes ya no están en Cataluña; si alguien quiere contemplarlas, tiene que viajar a Ohio. Eso sí, la ermita sigue siendo de una belleza increíble.
Otras obras románicas en Toledo
Sant Iscle i Santa Victòria, que data del siglo XII, a pesar de las diversas modificaciones sufridas a lo largo del tiempo conserva su estilo románico. Se trata de una iglesia de una sola nave originalmente cubierta con una estructura de madera, y con añadidos posteriores como la sacristía y capillas laterales. El templo, dedicado a los hermanos mártires Sant Iscle y Santa Victòria, tiene una historia larga y fascinante, habiendo sido mencionada por primera vez en documentos del año 1102. A lo largo de los siglos, ha formado parte de distintos enclaves religiosos, como el monasterio de Gerri.
Pero si se habla de Toledo como capital estadounidense del arte románico catalán es porque no sólo tiene los murales de Sant Isclase. El Toledo Museum of Art, además de exponer los frescos de esta iglesia de Surp, también alberga otras obras del románico catalán, como las pinturas murales de Sant Llorenç de Isavarre, en concreto la representación de uno de los apóstoles que decoraban el tambor absidal.
Por otro lado, desde 1934, el museo alberga una galería atribuida al antiguo claustro del priorato de Santa Maria d'Espirà de l'Aglí, una estructura románica de gran valor histórico. Esta galería fue adquirida por la Sociedad Arnold Seligmann Rey y Cia, de los herederos Marcel Achille de Perpiñán y la señora Azaïs de Espirà de l'Aglí. La compra fue posible gracias a una donación del industrial Edward Drummond Libbey.
La galería está compuesta por seis arcos de medio punto con dovelas alternadas en blanco y gris, sostenidos por cinco columnas de mármol blanco, posiblemente provenientes de las canteras de Mas Querol en Ceret. Algunos elementos, como la decoración de los cabirones y el juego de colores de las dovelas, refuerzan su atribución al claustro del priorato. Las bases de las columnas presentan en algunos casos decoración esculpida, mientras que los capiteles son lisos, excepto uno, lo que añade valor a esta pieza del arte románico catalán que se conserva en Estados Unidos.
La importancia del románico
En sus descripciones, el museo detalla con precisión las obras en exhibición, como el fresco de Santiago y Felipe de Sant Iscle i Santa Victòria, y explica cómo las imágenes de estos santos estaban tradicionalmente emparejadas en la iconografía cristiana debido a la coincidencia de sus días festivos.
El hecho de que estas obras se encuentren a miles de kilómetros de su lugar de origen en Cataluña demuestra el alcance del arte románico catalán. Toledo, Ohio, se ha convertido, sin lugar a dudas, en un referente del modernismo y del arte medieval catalán en Estados Unidos, haciendo que la tradición artística catalana siga viva y continúe maravillando a espectadores de todo el mundo.