La relación de Walt Disney con Salvador Dalí es de sobras conocida. El creador de dibujos animados estaba fascinado por la mente y las creaciones del pintor surrealista. Lo quería para él, deseaba una colaboración juntos. Y la tuvo.
A principios del siglo XX lo de las llamadas internacionales estaba difícil, la correspondencia era lenta y ni hablar de los mails, obvio. Ambos artistas se conocieron en persona a mitad de los años 40 en California y, desde entonces, establecieron una larga amistad que los llevaría a intercambiar opiniones sobre sus propios universos creativos y el de otros autores de su época.
Más allá de un corto
Pero si algo unía a estos dos genios es la creación. Repasar las películas ideadas por el estadounidense y surgidas directas de su cabeza o enumerar las obras del pintor sería, además de un esfuerzo titánico, un esfuerzo inútil, porque lo importante es verlas y disfrutar. En cualquier caso, sí hicieron una peli conjunta, Destino, que, a pesar de tardar décadas en ver la luz, es de una calidad excelente.
Esa relación fue más allá de este corto, tenían otro proyecto conjunto. O incluso se puede decir que varios de ellos. Esas mentes en ebullición no paraban de crear y fueron a por más. No dejaron de hablar entre ellos sobre su desarrollo y, finalmente, Walt Disney vino a Cataluña.
Visita discreta
Su visita pasó muy desapercibida, sobre todo si se tiene en cuenta que por entonces el estadounidense ya había alcanzo el máximo reconocimiento y éxito. Era octubre de 1957 y ya había estrenado, por tanto, Fantasía, Pinocho, Blancanieves, Peter Pan, Alicia en el país de las maravillas…
La pregunta es evidente. ¿Cómo es que pasó desapercibido? Pues porque Disney usó una estrategia que es todo un clásico entre los famosos. Con un nombre falso, nunca se ha sabido cuál, el creador se alojó en el antiguo hotel Ritz (ahora el Palace) y allí recibió la visita de su amigo Dalí para hablar sobre ese proyecto que tenían entre manos: rodar el Quijote.
Entre el Quijote y Cadaqués
Sí, Disney y el pintor tenían obsesión con el ingenioso hidalgo y sus aventuras. Eran carne de una buena película y estaban convencidos de que, juntos, podrían llevar este proyecto muy lejos. Pero poco a poco la idea se fue desvaneciendo en sus manos y en sus cabezas.
Durante su estadía en Cataluña, en la que Disney también viajó a Cadaqués. Él y Dalí ya barajaron que, si no hacían el Quijote, siempre podían apostar por La bella durmiente de los bosques. Nada de eso fue posible. Bien, sí, este último proyecto salió de los estudios estadounidenses dos años después de su viaje por tierras catalanas, pero el artista catalán no participó. Como tampoco acabó cuajando la idea del Quijote.
Un vistazo al Tibidabo
A pesar de todo, de aquella visita quedan muchos recuerdos. Hay fotos que evidencian el paso de Disney por la Costa Brava y documentos históricos que acreditan que Walt Disney pasó también por el Tibidabo. Fotos de su paso por Barcelona, ninguna. Una prueba de que el uso del nombre falso funcionaba.
En cualquier caso, fue gracias a esa discreción, a ese paso desapercibido por la ciudad, que pudo subir al parque de atracciones que estaba en lo alto de Collserola desde 1901. Disney había construido hacía sólo 10 años el famoso Disneyworld en Estados Unidos y estaba ávido de ideas.
Ideas de Barcelona
La visita dio sus frutos. Por un lado, y según afirmaron algunos responsables del parque, el yanki quedó fascinado por los autómatas que tenían en el Tibidabo. Quiso llevarse algunos, comprarlos, hacerse con ellos. No pasó.
Otra de las ideas que extrajo de su visita es la posibilidad de abrir un parque Disney en Cataluña. Parques como el barcelonés demostraban que los catalanes tenían experiencia en el sector, un detalle no menor si se tiene en cuenta que el estadounidense pensaba ya en su proyecto para Europa.
¿Eurodisney en Cataluña?
Walt Disney tenía ya pensado el lugar: entre L’Ametlla de Mar y Vandellós. Las otras opciones fueron relativamente cerca de Cataluña: el tramo Cabanes-Oropesa-Torreblanca, en Castellón, en los marjales de Pego, una localidad valenciana entre Gandía y Dénia y Santa Pola (Alicante).
Ni EuroDisney España ni el Quijote con Dalí cuajaron. Eso sí, quedan las fotos de Disney con Gala y Dalí en Cadaqués y el recuerdo de que el creador de Blancanieves estuvo en el mismo Ritz de Barcelona. Eso, y las increíbles películas que realizó.