Se calcula que Cataluña cuenta en su haber unos 600 castillos repartidos por todo el territorio. Unos tienen más fama que otros, pero en la costa destaca uno en especial que a lo largo de los años ha atraído a un montón de parejas para celebrar allí su boda. Entre ellos, algunos famosos.
Desde Francis Franco, a Andrés Iniesta pasando por Carlos Francino, las celebridades y socialités españolas varias no se han podido resistir a los encantos de una fortaleza ubicada en un espacio único. Un lugar cargado de historia, con unas vistas increíbles al Mediterráneo que lo hace estupendo para el álbum de fotos nupcial.
Castillo, prisión e iglesia
El edificio en cuestión es el castillo de Tamarit, un legado histórico construido en el siglo XII y que desde entonces fascina a medio mundo. Está situado en lo alto de un acantilado, en plena Costa Dorada, y desde allí se puede ver una de las calas más exclusivas de la zona. Pero es que su interior también es de escándalo.
A pesar de todas las batallas de las que ha sido testigo, el edificio se encuentra en perfecto estado y conserva algunos de sus elementos defensivos y de residencia, como la prisión, las torres de mira y una iglesia románica. Esta capilla, además, ofrece la posibilidad de contemplar el estilo románico catalán tan propio de la época medieval en que fue construido. Destacan, por ejemplo, las tres naves cubiertas con bóveda de medio punto y su cabecera recta.
Un poco de Historia
Más allá de los distintos señores feudales y nobles que pasaron por allí, es la iglesia la que poseyó este castillo durante más tiempo. Desde 1681 y hasta principios del siglo XX la fortaleza fue propiedad del arzobispo de Tarragona y de los marqueses de Tamarit.
Hace un siglo, por eso, el estado de este edificio empezaba a empeorar. Durante todo el siglo XIX, Tamarit fue perdiendo mucha población a causa de las fiebres palúdicas y muchos, incluidos los nobles, abandonaron la zona y el castillo.
La reforma final
No fue hasta 1916 que un coleccionista de arte americano, Charles Deering, se hizo con él y emprendió su restauración. Se la encargó a Ramon Casas y Joan Ruiz, este último encargado de las excavaciones de la antigua Tarraco.
La renovación fue todo un éxito. Sus responsables conservaron varios elementos góticos y románicos y reforzaron toda la estructura para darle la imponente y majestuosa imagen actual. hasta que a principios del siglo XX lo compró un coleccionista de arte americano, que lo hizo restaurar.
Bodas y otros eventos
El éxito fue tal que ahora una sociedad inmobiliaria, Betren, se hace cargo de la fortaleza y le ha sacado partido. Para empezar, no se puede visitar, pero sí se puede arrendar para todo tipo de eventos, siempre y cuando garanticen la buena conservación del edificio. Las bodas, como las de los famosos (y no famosos) y los eventos corporativos son su principal fuente de ingresos.
A pesar de todo, los que se acercan a la Cala Jovera de Tamarit pueden disfrutar de las increíbles vistas a este castillo, que sigue imponente y que ofrece una imagen increíble para un rincón único en Cataluña.
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