Cataluña no se limita únicamente a la Costa Brava. A pesar de no ser tan reconocida, la Costa Dorada alberga paisajes asombrosos y pueblos con una rica historia que impresionan. Un ejemplo de ello es Altafulla.

Ubicado en la provincia de Tarragona, este municipio reúne todas las cualidades deseadas para un destino de escapada. Ofrece opciones para diversos gustos: desde aquellos que adoran el mar, hasta los apasionados por la historia y las leyendas.

Cómo llegar 

Resulta complicado perderse si te diriges a este emblemático pueblo. Puedes acceder a él conduciendo por la autopista AP-7 y eligiendo la salida que conduce a esta encantadora villa. Alternativamente, existe la opción de utilizar el ferrocarril. La red de Renfe proporciona servicios de trenes regionales, partiendo desde Barcelona y culminando en la misma localidad.

Ahora bien, ¿qué aguarda al viajero allí? Para iniciar el recorrido, se encuentra la Villa Closa. Tal es la denominación que recibe el núcleo histórico que, en antaño, emergió como una urbe medieval fortificada con sus orígenes en el siglo XI. Es evidente que aún perdura el Castillo de Montserrat, erigido en ese mismo siglo. La fortaleza se alza en el punto más elevado de la urbe.

Castell de Montserrat de Altafulla

 

Qué ver

Ya que estamos en sus calles, se puede visitar el museo etnográfico para conocer el pasado agrícola del lugar, llegar hasta la iglesia de Sant Martí, tomar la calle del Forn y llegar a la Plaza del Pou. Allí puede contemplar un monumento a los castellers.

Antes de abandonar esta zona y durante todo su recorrido, se recomienda al visitante que esté alerta al nombre de las calles. Si lo hace se dará cuenta de que varias de ellas llevan nombres de brujas.

Brujas 

Sí, Altafulla es una ciudad de brujas y no se avergüenza de serlo. Hasta le han dedicado una noche al año, la llamada Nit de les Bruixes y que, en verdad, se celebra más de una noche y se puede ver a finales de junio.

Las leyendas sobre todas estas brujas del pueblo de Tarragona están recopiladas en diversos libros que se pueden adquirir en la ciudad. Como bien se sabe ya a muchas las llamaban brujas por ser libres. Recorrían los pasadizos secretos que según las leyendas existen en Altafulla para ir a celebrar rituales en la playa.

Castillo de Tamarit EFE

 

Leyendas y rituales

De esa época se conservan varias cosas. Por un lado, el terrible señalamiento a ciertas mujeres. Por el otro, las piedras preciosas que usaban para atraer el dinero, alejar las malas energías o cuidar de la salud. Todas ellas se pueden adquirir en el mercado medieval que se celebra a finales de junio en la ciudad.

Algunos locales, incluso, pueden contarles ciertos rituales que llevaban a cabo esas brujas para lograr sus cometidos. Pueden creer o no, pero allí están y han sobrevivido al paso del tiempo. Además, llenan de encanto Altafulla.

Playas 

Y ya que las brujas iban a la playa, ¿por qué no ir allí como visitantes? Tampoco dejarían indiferente a nadie. Tiene más de un kilómetro de extensión, una arena dorada increíble y un agua limpia que deja ver el fondo, con su flora y su fauna.

Añadir que la playa de Altafulla está coronada por otro lugar increíble, el castillo de Tamarit. Y bajo este, hay otra cala que hace las delicias de quienes quieran un poco de tranquilidad. 

Ruinas de Els Munts' WIKIPEDIA

 

Lugares con historia

Si uno desea otro tipo de actividades, cerca de la playa se puede visitar el barrio de Les Botigues de Mar. Las casitas blancas de esta barriada litoral datan del siglo XVIII, cuando se usaban como almacenes para los pescadores de la zona. Ya en el siglo XXI se transformaron en viviendas particulares y tiendas que desprenden encanto y, como no, historia.

Por último, destacar otro lugar icónico, los Munts d'Altafulla. Estas ruinas romanas harán las delicias de los amantes de la historia. Se trata de los restos de la mansión que se hizo construir uno de los gobernadores de la antigua Tarraco, Caius Valerius Avitus. Él y su esposa Faustina alzaron allí una villa en el siglo I, que fue abandonada tras un incendio que tuvo lugar dos siglos más tarde. Pese a todo, se conservan los mosaicos y las estructuras de sus dos estanques, el almacén, las termas y las habitaciones propias de la domus.

¿Te apetece un poco de senderismo?

Además de las atracciones naturales que ofrece el Camí de Ronda, en dirección a Tarragona, con paradas cercanas al castillo de Tamarit y otras interesantes ubicaciones que serán detalladas a continuación, existen diversas alternativas igualmente encantadoras. Un ejemplo de ello es el recorrido hacia el mirador del passeig del Fortí, situado en las proximidades de la villa romana. Desde este punto, se origina una nueva ruta de senderismo en dirección a Torredembarra, brindando unas panorámicas impresionantes de los imponentes acantilados.

La travesía por este sendero desvela en su inicio una pequeña cala conocida como la playa dorada del Canyadell, a la que logramos acceder en aproximadamente diez minutos. Avanzando en el recorrido, se presenta ante nosotros el acantilado de La Bramadora, localizado a unos 0.8 km de distancia de Altafulla. Pocos pasos más allá, nos aguarda el faro de Torredembarra junto a su concurrido puerto deportivo. En este lugar, se encuentra la oportunidad de reposar tras el paseo, disfrutando de la oferta de bares existente en el puerto. Durante esta parada, es posible explorar una gruta denominada Roca Foradada. Posteriormente, un relajante paseo por el paseo marítimo de Torredembarra o un refrescante baño en la playa de la paella pueden ser el complemento perfecto antes de emprender el retorno a Altafulla.

Historia, senderismo, playas y brujas a un paso de Tarragona.

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