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Gastronomía

Una pastelería de Lleida elabora el mejor panettone de Navidad: "Sus beneficios irán destinados a la investigación contra el cáncer"

La tercera edición de la cata a ciegas Panettone Panepanna se celebró, recientemente, con participantes de varios puntos de España e Italia

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El panettone tiene un origen documentado en Milán, donde ya en 1599 aparecen registros de panes especiales consumidos en Navidad y, más tarde, en 1853, se publica la primera receta reconocible en el libro del cocinero milanés Giovanni Felice Luraschi. Estos datos históricos confirman que el panettone surgió en el norte de Italia y se fue perfeccionando a lo largo de los siglos hasta convertirse en el dulce navideño fermentado y esponjoso que conocemos hoy.

En paralelo, existen leyendas populares sobre su creación -como la del joven Toni o la de un noble enamorado que se hizo pasar por panadero-, pero ninguna está respaldada por una documentación histórica fiable. Aunque forman parte del imaginario cultural que rodea a este dulce postre, los historiadores coinciden en que son relatos literarios o tradicionales, no hechos verificables. 

El mejor panettone de Navidad

El panettone de la pastelería El Rusc de Els Alamús, en Lleida, se proclamó el pasado fin de semana como el mejor de la Navidad, al llevarse el primer puesto de la tercera edición de la cata a ciegas Panettone Panepanna, con participantes de varios puntos de España e Italia.

El producto fue presentado por la pastelera Iana Gruzinenko y su pareja, Josep Pujol. El año pasado también se presentaron, pero, ahora, su candidatura ha vencido a la de otras pastelerías reconocidas internacionalmente. 

En una entrevista al diario El Segre afirmaron: "Nuestro panettone sigue la receta clásica, con fruta confitada y sin químicos, pero también elaboramos otros productos".

Además, este mes están vendiendo una versión de medio kilo de este dulce y los beneficios irán para el Institut de Recerca Biomèdica de Lleida. "Queremos homenajear de esta manera a una compañera y amiga que ha fallecido este año de cáncer de páncreas", dicen los propietarios de El Rusc.

Pastelería El Rusc

Iana llegó a España antes del estallido de la guerra en Ucrania -su madre vivía en Oviedo-. Cuando empezó el conflicto, la pareja atravesó Europa en coche para reunir a su familia en España. Convertir una antigua carnicería de este pueblo en un obrador fue toda su apuesta de vida.

Ella se formó en la Escuela de Hostelería de Lleida, y lo que nació como proyecto de fin de grado terminó transformándose en El Rusc. Juntos decidieron que este pequeño pueblo merecía una pastelería de calidad.

Pese al reconocimiento, su producción sigue siendo limitada: los hornos solo funcionan cuando la tienda está cerrada, y por ahora no hay venta en línea; aunque barajan esa posibilidad de cara al próximo año, si la demanda lo permite. Entre sus productos, además del panettone tradicional, elaboran versiones con chocolate o limón con chocolate blanco; así como pan de masa madre, cruasanes y otras piezas de bollería artesanal.

Quieren acercar la pastelería a generaciones que quizá jamás imaginaron algo así para su entorno. "La gente que vive en pueblos pequeños también tiene derecho a un producto de alta calidad y a disfrutar de la vida comercial" afirma Pep.

Croissants de El Rusc

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