Rafael García Santos y McDonald's

Rafael García Santos y McDonald's CG

Gastronomía

Rafael García Santos (71), crítico gastronómico: "El futuro de la restauración lo representa McDonald's"

Su estilo se caracteriza por la independencia, la franqueza y una voluntad de provocar reflexión más que simplemente elogiar al gremio

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Rafael García Santos (nacido en Santander en 1954) es uno de los críticos gastronómicos más influyentes en España. Ha trabajado durante décadas para medios como El Diario Vasco y El Correo Español y fue editor de la guía anual Lo Mejor de la Gastronomía, que marcó un hito en la valoración de la alta cocina española. Además de su labor como crítico, creó y promovió eventos gastronómicos relevantes como el Congreso Lo Mejor de la Gastronomía y otros encuentros profesionales que ayudaron a dinamizar la cocina española.

Su estilo se caracteriza por la independencia, la franqueza y una voluntad de provocar reflexión más que simplemente elogiar. Durante su carrera convirtió la crítica gastronómica en un instrumento de impulso para la renovación de la cocina española, reclamando coherencia, calidad y una cierta ética profesional. Aunque se retiró del periodismo activo en 2012, su legado sigue siendo referencia en el ámbito culinario.

El crítico retirado

Retirado desde 2012, después de haber vivido de cerca el auge y la caída de la revolución culinaria iniciada por Ferran Adrià, observa el panorama actual con escepticismo. "El que triunfa en la vida trabaja unas 14 horas", afirma en una entrevista a El País, reivindicando el esfuerzo y la entrega que, a su juicio, definieron a los grandes cocineros de su generación. 

Aunque admite que ha ganado lo suficiente para hacer lo que le da la gana y subraya que nunca aceptó publicidad y que su independencia fue una seña de identidad: "No me vendí. Invertía en bolsa para poder decir lo que pensaba".

En su diagnóstico sobre la crítica gastronómica, García Santos lanza dardos certeros. "Los críticos no existen; los cocineros se los han cargado", sentencia, denunciando que quienes antes fueron artífices de una revolución cultural hoy están dominados por el dinero, la fama y el ego.

Edad de oro

Según él, la gastronomía española vivió una edad de oro que se apagó con el cierre de elBulli en 2011: "La revolución acaba ahí. Desde entonces, ningún cocinero ha tenido trascendencia histórica". El crítico asocia ese declive no solo al agotamiento creativo, sino también a la crisis económica de 2009, que golpeó duramente al sector. Para él, lo que sobrevino después fue una mentira, el naufragio total de un movimiento que había nacido del idealismo y la búsqueda de la excelencia.

El presente, en su opinión, está marcado por la pérdida de profundidad intelectual y artística en la cocina. "¿Ves a alguien hablar de obra, de conceptos, de técnicas que aporten a la sociedad? Están en otra cosa", lamenta. Los chefs, asegura, se han convertido en gestores de negocios más preocupados por la rentabilidad y los premios que por cocinar para el cliente: "¿Quién va a pagar 500 euros por ir a un restaurante?". Frente a aquella generación que transformó el gusto y el pensamiento culinario, García Santos ve hoy un panorama dominado por la superficialidad, donde la innovación se confunde con espectáculo y la crítica independiente ha desaparecido. 

Su reflexión culmina en una provocadora metáfora: "El mejor restaurante ahora es McDonald’s", dice, no porque admire su comida, sino porque encarna el futuro de la restauración. "Se dirige a las nuevas generaciones y conecta con los nuevos clientes. Utiliza la inteligencia artificial y elimina camareros y cocineros. Eso es el futuro". La frase, deliberadamente provocadora, sintetiza su tesis: la gastronomía de autor ha perdido el pulso de su tiempo.