Helado de Labubu Barcelona
El pastel de Labubu conquista Barcelona: "Hay de cuatro sabores y es mejor reservar"
Un restaurante de la capital catalana hace desde batidos hasta tartas con las caras de estos famosos personajes
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La fiebre de los Labubu está llegando a extremos poco conocidos. Al menos, pocas veces un fenómeno causó tanta sensación en tan poco tiempo. Y es que en pocos años ha pasado de ser un juguete que triunfaba en China a ser un complemento fundamental en los bolsos y habitaciones de todo el mundo.
Sí, estos muñecos creados por Kasing Lung, un artista de Hong Kong, han triunfado con su forma de elfo, sus caras extrañas y sus diferentes colecciones. Están en todos lados y los hay de todos los tamaños y colores, hasta se pueden comer y ¡beber!
Esto sucede en Barcelona. La capital catalana hace poco abrió la primera tienda oficial en España de estos personajes, pero antes ya tuvo quien empezó a instaurar esta locura china.
Un restaurante del centro de Barcelona, Let’s seat, lleva meses adelantándose al fenómeno. Empezó decorando sus batidos y smoothies con galletas que tenían el rostro de estos curiosos personajes, ahora lo han trasladado directamente a los postres, ofreciendo hasta pasteles.
Helado de Labubu Barcelona
De qué son los pasteles de Labubu
“Las tartas son de cuatro sabores diferentes”, afirma un empleado del local. A saber: mango, matcha, chocolate y fresa y son inconfundibles. Todas van coronadas con una cara de Labubu hecha de chocolate "elaborada en el propio restaurante" y del color que corresponde al sabor.
Los presentan como en una enorme copa de helado, coronada con un poco de nata montada donde se apoya la cara de un Labubu: verde si se pide el de matcha; rosa, en el caso de que se elija la fresa, marrón para el de chocolate, y amarillo para el mango.
No son muy industriales, insisten. Y el sabor lo demuestra. El bizcocho es muy esponjoso, la cremosidad de la nata y el chocolate no resulta muy procesado y las frutas parecen cortadas a mano. Tal vez el que lo es un poco más prefabricado son los tropezones que tiene el pastel de chocolate, una especie de mini Maltesers.
Los más naturales son los de fresa y mango. Los pasteles de estos sabores llevan fruta entre el bizcocho y la nata. ¿Una opción más saludable? Eso mejor preguntarlo a los nutricionistas.
Helado Labubu Barcelona
Con reserva previa
En cualquier caso, los pasteles de Labubu son un éxito de tal dimensión que hay turistas que se acercan a por ellos. Durante el tiempo que Crónica Global estuvo en el restaurante, una mujer se acercó para comprarle uno a sus hijos “antes de irnos”. No pudo ser.
Al ser un producto tan especial y que no se elabora en cadena, no se hacen muchos al día. “Hacemos unos 15 por jornada”, confirma el trabajador, por lo que sí recomienda que, si alguien quiere hacerse con uno “es mejor llamar y reservar” o bien una mesa o directamente el pastel para llevar.
Restaurante Let's seat Barcelona
Más allá del pastel de Labubu
El pastel de Labubu vuela. A las 14h, en el mostrador había casi uno de cada, cerca de las cuatro en la vitrina estaban situados dos de fresa. Ambos reservados. Un éxito total. Y eso que tampoco son baratos, cuestan XXX euros.
Para los que se queden sin, hay alternativas. El pasado mes de julio, los responsables de este bar-restaurante crearon los frapés veraniegos de Mango, melocotón, sandía y uva dulce coronados con una galletita Labubu. Y, si se quiere más, están los kakigori, unos helados japoneses que también vienen decorados con estas figuritas.
Dónde está
Todo comestible y en un lugar muy especial. El restaurante se encuentra en los bajos de una famosa casa modernista del arquitecto Enric Sagnier. La casa Camil Mulleras aloja ahora este rincón gastronómico de estética y gastronomía oriental y amante de los Labubu.
Desde hace pocas semanas, una serie de peluches de estos muñecos dan la bienvenida a los comensales. No están solos, también aparecen figuras de Chin Chan y otros personajes del anime japonés. Una carta de presentación de lo que uno va a encontrar en la carta, cocina oriental de muy buena calidad, cuidada al detalle y a unos precios razonables. Y con Labubus de adorno.