El restaurante elegido por Iñigo Martínez para despedirse de sus compañeros del Barça, La Bonaigua

El restaurante elegido por Iñigo Martínez para despedirse de sus compañeros del Barça, La Bonaigua CRÓNICA GLOBAL

Gastronomía

Ni Botafumeiro ni Via Venetto: el restaurante elegido por Iñigo Martínez para despedirse de sus compañeros del Barça

El cocinero se encarga personalmente de acudir a las lonjas y proveedores, seleccionando carnes de primera

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Iñigo Martínez anunció por sorpresa esta semana pasada que se iba del FC Barcelona. El central anunció días después en sus redes sociales que rumbo a Arabia Saudí, concretamente al Al-Nassr.

Más allá de la decepción de algunos aficionados, el futbolista tuvo la deferencia de despedirse del equipo directivo y de sus compañeros, especialmente de los más allegados, el conocido como el clan del bicing.  Así es como se conoce al grupo conformado por Pedri, Eric García, Dani Olmo, Oriol Romeu y Ferran Torres, al que fueron a visitar en este medio cuando el valenciano estaba ingresado en el hospital y el Barça ganó la liga.

Los seis integrantes de este particular grupo de amigos fueron a cenar a un lugar que se aleja del circuito gastronómico blaugrana. Al menos de los directivos. Ya se ha acabado la época del Botafumeiro o Via Veneto, también la de los restaurantes de los jugadores. El club del bicing se fue a comer a Sant Just Desvern.

La localidad con la renta per cápita más alta de Cataluña fue testigo de esta particular. Concretamente, Martínez y los del bicing se fueron al restaurante La Bonaigua, un establecimiento con raíces en el municipio.

Dónde comieron

El local, con más de 25 años de historia, es una empresa familiar cuya tradición ha pasado de generación en generación, algo que se nota en sus platos. El local ha mantenido su esencia de cocina tradicional mientras se adaptaba a los gustos y necesidades actuales. Tal vez, eso conquisto al clan blaugrana. O tal vez su historia.

La Bonaigua nació gracias al esfuerzo de una primera generación autodidacta que, en un contexto poco favorable, levantó el negocio a base de constancia. El trabajo diario y la dedicación permitieron que el restaurante se consolidara y pasara el testigo a la segunda generación, encabezada por Sonia y David, responsables del control de sala, reservas y gestión del servicio. 

Ellos han renovado la decoración y el ambiente del local, pero sin perder las raíces de su cocina:  una propuesta gastronómica centrada en el producto fresco y de calidad, supervisado cada día por el chef Víctor Pardo

Quién está detrás

Tal y como dicen ellos mismos, el cocinero se encarga personalmente de acudir a las lonjas y proveedores, seleccionando carnes de primera de Cárnicas Guikar o la Carnicería Sant Martí, así como pescados y mariscos de MercaBarna.

Pardo, con experiencia en restaurantes con tres estrellas Michelin como el Celler de Can Roca o Quique Dacosta, apuesta por la sencillez y el respeto máximo al producto. Y junto a él se encuentra  Antonella, formada en restaurantes como Azurmendi, Aponiente o Uliassi. Es la mano derecha del chef y su estilo combina la discreción en la puesta en escena con la audacia a la hora de introducir novedades en la carta.

Una carta con raíces mediterráneas

El tándem ha dado origen a la propuesta de La Bonaigua, que recorre sabores mediterráneos con guiños a la cocina catalana, como se puede ver en su carta. Entre los entrantes fríos y de picoteo se encuentran la Gilda vasca, el matrimonio de anchoa de l’Escala y boquerón en vinagre o la ensaladilla rusa con ventresca hecha en casa. 

Entre sus frituras y tapas calientes destacan las croquetas de rustido, las piparras fritas o las bravas de La Bonaigua, elaboradas con salsa de tomate y botifarra del perol de Cal Rovira junto a un alioli ahumado.

En el apartado principal, el restaurante ofrece carnes como la presa ibérica Joselito a la brasa, el pichón de Bresse o el lomo bajo de wagyu japonés A5+, y pescados y mariscos como el bacalao con pil pil y espárrago verde, el bogavante nacional con huevos fritos o el pulpo a la brasa con patata rota y salsa verde. 

Su plato estrella, en cualquier caso, son los arroces incluye propuestas como el meloso de galeras y calabacín, el arroz seco de gamba de Palamós o el arroz seco de carabinero. Aunque no hay que desmerecer la presa ibérica Joselito a la brasa con endibia, el pulpo a la brasa con patata rota y salsa verde y las cocochas de bacalao en tempura, con un rebozado crujiente.

Una bodega para maridar

La experiencia gastronómica de La Bonaigua se complementa con una bodega seleccionada con la colaboración de distribuidores como Vila Viniteca, Cuvée 3000 o Clos Terroir. La carta incluye referencias como Recaredo, Gramona, Vega Sicilia, Murrieta o Belondrade y Lurton, además de cavas y champanes de casas como Dom Pérignon, Krug, Bollinger, Louis Roederer o Pol Roger.

Este maridaje, unido a la propuesta gastronómica centrada en la calidad, tal vez es lo que atrajo a Iñigo Martínez y al club del bicing. O no.