No es la salchipapa: el bocadillo argentino más popular llega a Barcelona
El imperio de las empanadas argentinas, de gran éxito en Cataluña, encuentran un nuevo rival
3 septiembre, 2024 14:19Noticias relacionadas
Sí. La comida argentina está de moda en Cataluña. A las decenas de bares y negocios que hay repartidos por el territorio vendiendo empanadas, están los restaurantes que ofrecen una experiencia gastronómica única basada en los asados y la carne patagónica en general. Pero ahora llega algo más. Un bocadillo que va a hacerle la competencia a la salchipapa. Y no nos referimos al tema de Leticia Sabater.
A pesar de que la catalana hiciera broma con la connotación sexual de esa receta que juntaba en un sandwich una salchicha o frankfurt y unas patatas fritas, ese plato existe y es muy popular en algunos puntos de Latinoamérica. Pero, como decíamos, el nuevo local que ha abierto en Cataluña ofrece una variedad argentina que tiene algunos parecidos. Se trata del choripán.
Qué es el choripán
Sí, uno de los bocados más icónicos de América del Sur ha llegado a Barcelona y lo hace con la voluntad de extenderse tanto o más que las empanadas. Clientes no le van a faltar. Primero, porque es una receta muy rica. Segundo, porque tiene conexiones con la gastronomía catalana. Tercero, porque hay tanta gente que clamaba por ello, que es normal que se empiece a hacer viral.
El choripán es un bocadillo cuya popularidad se extiende por Argentina, Chile, Uruguay y otros países de la región. Es un plato, snack, receta, llámenle cómo quieran, que sirve para salir del paso, juntarse con los amigos y matar el hambre. Todo a la vez.
Enlaces con la cocina catalana
La receta combina un chorizo criollo hecho a la brasa con pan y suele estar acompañado de salsas como el chimichurri o la criolla. Y aunque pueda parecer algo propio del otro lado del charco, no lo es tanto. El chorizo criollo es algo así como una butifarra catalana, pero con toque picante que tiene un cierto regusto al chorizo español.
Más allá de los parecidos razonables e incluso de los debates que hay en el Sur sobre quién lo inventó, lo que realmente importa es que choripán ha llegado a Barcelona para darle un giro a este clásico de la calle y de los asados y llevarlo a un nivel completamente nuevo.
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Quién está detrás
Para empezar, el restaurante, Choripa, se encuentra en uno de los barrios más cool de la ciudad condal, Gràcia. A eso se le suma que, detrás de este innovador proyecto están Pablo Lagrange, Lucía Aguilar y Ricardo Mateo, dos chefs y un panadero con una impresionante trayectoria en la alta cocina. Un factor que se nota en la revolucionaria oferta de sus choripanes y también sus precios.
Lagrange, parte de su Argentina natal y de su paso por los fogones del Noma, el Mugaritz y Ticket. Por su parte, la peruana Lucía Aguilar ha hecho carreta en Enigma, GoXo, Boragón de Santiago de Chile. Si a ellos se le suma el maestro panadero Mateo, la fórmula promete,
Dónde está
Liberados de las rígidas normas y las exigencias de la alta cocina, ahora apuestan por un concepto que combina artesanía y pasión. Lo han presentado en un pequeño local de Travessera de Gràcia, al que han pintado de amarillo su fachada amarilla para no pasar desapercibidos. Su producto tampoco lo hace.
Choripa se ha convertido rápidamente en un imán para los amantes del buen comer, que se dejan atraer por el aroma a brasa que emana del local y por la promesa de un choripán que desafía los estándares. Más allá de la receta tradicional, su choripán ofrece nuevas y ricas versiones, fruto de cinco meses de experimentación hasta dar con la clave.
Receta propia
Para su chorizo utilizan una mezcla equilibrada de cerdo Duroc y ternera, al que añaden especias y tiempo de curación, así como un cocinado en un horno de brasa que recuerda a los asados argentinos. El resultado es un choripán jugoso y lleno de matices, que se sirve en un pan francés con buena miga, ideal para absorber los jugos y las salsas sin perder su forma.
Para los que quieran algo más, el restaurante ofrece salsas que no son sólo el ketchup, la mayones y la mostaza. La principal es el chimichurri que elabora con hierbas frescas, vinagre y aceite de calidad, mientras que la salsa criolla incorpora chiles chipotle y habanero, para los amantes del picante.
Cuánto cuesta
La única pega que le van a poder poner los argentinos es su precio. El más barato cuesta 8,5 euros. Teniendo en cuenta la devaluación y otros factores, para ellos puede parecer exagerado. Lo cierto es que, a juzgar por las opiniones de sus clientes, parecen merecerlos.
Mucho más que un bocadillo
Y para los que se pregunten si esto es lo único que ofrecen, la respuesta es no. Entre los diferentes bocatas y platos están el sanguchito (manera en que se escribe sandwich en Argentina) de vacío, servido en pan chapata o un pastrón de pecho de ternera ahumada con mayonesa de wasabi, queso y pickles, entre otros.
Pero hay más. Para acompañar, se pueden pedir las patatas fokin o las choribravas Y de postre: dulce de leche ahumado. Una experiencia nueva y única que ya arrasa en Barcelona. ¿El nuevo bocata de moda de 2025?