La gastronomía catalana tiene una rica y diversa tradición culinaria que refleja la historia, la geografía y la cultura de la región. Esta cocina mediterránea se caracteriza por la utilización de ingredientes frescos y de alta calidad, y por la combinación de sabores que provienen del mar y de la montaña. En este arte culinario destacan tanto platos tradicionales como innovadores; además de destacar la influencia de varios chefs de renombre mundial.
Uno de los platos del territorio catalán que te recomendamos hoy es la espineta con caracoles. Una receta típica de tierras tarragonesas, dedicadas a su patrona, Santa Tecla. También, es conocido como el Plato de Santa Tecla. Como dice el Ball de Dames i Vells -un baile hablado-: 'Santa Tecla gloriosa, mare dels tarragonins. Què tenim avui per dinar? Espineta amb caragolins.'
Espineta con caracoles
Es un guiso de origen marino para el que se emplean varios ingredientes y que ha pasado de generación en generación durante siglos, dentro de las familias de Tarragona.
La espineta son los restos que quedan después del despiece del atún para su salazón, mientras que los caracoles son los moluscos que suelen encontrarse merodeando por las plantas del hinojo.
Es un plato delicioso y económico, ya que sus ingredientes son fáciles de conseguir mientras que, por otro lado, es nutritivo y delicioso; sin mencionar que es parte de las delicias gourmet que se ofrecen a todas aquellas personas que deciden conocer la ciudad de Tarragona.
Receta de espineta con caracoles
La receta, que te presentamos a continuación, es de Dionisia Somolinos Aragón, la cual la aprendió de su padrino -casteller de la Colla Vella dels Xiquets de Tarragona-quién la hacía en la Fonda Ca l’Ambròs.
Se necesitan estos ingredientes:
- Medio kilo de espineta si es de la parte del lomo, si no 1 kilo.
- 1 kilo de caracoles.
- 3 cebollas.
- 3 dientes de ajo.
- 1 berenjena.
- 2 pimientos verdes.
- 1 pimiento rojo.
- 2 potes de tomate natural triturado.
- Medio litro de aceite de oliva virgen.
- 1 cucharada de sal.
- 1 cucharada de pimienta roja.
- 1 guindilla pequeña.
- Tomillo.
- 1 vaso de vino blanco.
La elaboración es la siguiente:
Se pone la espineta a remojo y se va cambiando el agua cada cuatro horas. Hervimos los caracoles usando el tomillo y la guindilla. Para eso, primero hay que poner el fuego bajo y cuando los caracoles hayan sacado los cuernos, subirlo hasta el máximo. Desde que el agua empieza a hervir, se contarán 15 minutos.
Por otro lado, cortamos la cebolla y los ajos para hacer el sofrito. Pondremos la cucharada de pimienta roja antes de retirarlo del fuego y después troceamos los pimientos verdes y rojos y la berenjena, para sofreírlos.
Finalmente, también sofreímos la espineta a la cazuela, añadiendo ahora un vaso de vino blanco. Cuando la espineta haga chup chup, incorporamos todo el pisto y el tomate natural triturado. Lo removemos y mezclamos bien.
Al cabo de cinco minutos añadimos los caracoles ya hervidos y, a los ocho minutos, paramos el fuego. La espineta ya estará cocinada. Tapamos la cazuela con una servilleta y la dejamos reposar toda la noche en un balcón. ¡Y ya estaría!