José Félix Tezanos

José Félix Tezanos

Examen a los protagonistas

José Félix Tezanos

La voz de su amo

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Hace tiempo que las predicciones electorales del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) huelen ligeramente a cuerno quemado, dado que sus estimaciones se inclinan siempre a favor del partido en el gobierno (el club de fans de Pedro Sánchez, antes conocido como PSOE), aunque no haya en ellas ni la menor muestra de verosimilitud, como se ha podido observar en las recientes elecciones extremeñas, donde todo el mundo daba por muerto al candidato del sanchismo (sospechoso de corruptelas en favor del hermano del presidente del gobierno) menos el CIS, cuyo director, José Félix Tezanos Tortajada (Santander, 1946), suele ejercer de voz de su amo en todo tipo de circunstancias.

Ya sabíamos para qué lado cargaba el señor Tezanos, pero con lo de Extremadura se le fue la mano. Vaticinar la victoria del PSOE cuando todas las demás encuestas daban a su candidato por amortizado, aunque nunca hubiese servido para gran cosa, se tomó como una cacicada insufrible y la prueba definitiva de que las investigaciones sociológicas del CIS tenían más de cuento chino que de reflejo de la realidad.

Tras esta última sarta de patrañas electorales, puede que otro hubiese considerado la posibilidad de presentar su dimisión: después de años alimentando sospechas de parcialidad, el hombre va y las confirma con sus disparatados pronósticos para Extremadura. Pero ahí sigue Tezanos, dando muestra de esa resiliencia (también conocida como jeta) en la que brilla con luz propia su propio jefe.

José Luís Tezanos se afilió al PSOE en 1973, mucho antes de que apareciera Sánchez y viese la oportunidad de medrar ejerciendo de siervo de la gleba, pero hay que reconocer que se subió con entusiasmo al carro sanchista. Antes de ser la voz de su amo, ocupó la cátedra de Sociología en Santiago de Compostela y en la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), y publicó un montón de papers y unos cuantos libros. Ya entrado en años, decidió que le convenía enviar al carajo una carrera bastante digna y convertirse en el correveidile de un autócrata egoísta y cínico.

Caerá. Como Pedro y su cuadrilla. Pero, de momento, lleva muy bien lo de ser la rechifla de la opinión pública española. Espero, por lo menos, que le paguen bien.