Alberto Serfaty, de ICL Iberia Operations
La multinacional israelí ICL ha descartado finalmente invertir 300 millones de euros en Sallent. Es una pésima noticia para Cataluña, pues la inversión podría relanzar la economía de la comarca del Bages, crear empleo y deslocalizar fuera del área metropolitana de Barcelona actividad industrial de calidad.
No ha podido ser. Los motivos son múltiples. Uno de ellos es que la empresa esperaba financiar el proyecto gracias a una subvención de 140 millones de euros de la Comisión Europea que finalmente ha caído.
Además, el grupo que en España dirige Alberto Serfaty ha dado un cambio de estrategia global, ya que los vehículos eléctricos están teniendo una demanda inferior a lo previsto inicialmente.
Los terrenos languidecerán inservibles unos cuantos años más, hasta que llegue otro proyecto que sí esté comprometido de verdad con el territorio. Para algunos, como los grupos vecinales que protestaron contra la fábrica, esta será una buena noticia. Para la economía catalana es una pésima revelación.