La diputada de Junts por Tarragona, Mònica Sales
Mònica Sales ha escalado a la condición de presidenta del grupo parlamentario de Junts y, por tanto, a líder de la oposición del Govern de Salvador Illa. Ello, en un movimiento dictado desde Waterloo para apartar a Albert Batet --nuevo adjunto a la presidencia del partido-- y preparar la posible vuelta de Carles Puigdemont; el prófugo podría volver en febrero en el caso de que la justicia europea avalara la Ley de Amnistía.
La diputada ebrense ha sido partícipe de la infructuosa oposición de la formación neoconvergente en el Parlament. De hecho, lideró la artificial polémica que trató de situar al president socialista en Madrid coincidiendo con las inundaciones en las Terres de l'Ebre el pasado 12 de octubre; un extremo que quedó completamente desacreditado por los hechos.
Junts se encomienda a la vuelta de Puigdemont para dar un puñetazo sobre la mesa y tratar de ganar el protagonismo que Aliança Catalana le ha arrebatado. Y si bien Sílvia Orriols ha canalizado la desilusión por el fracaso del procés y está capitalizando los postulados antiinmigración que compran gran parte de los alcaldes neoconvergentes, en el partido esperan tener en Sales el antídoto contra el avance de la alcaldesa de Ripoll. Al menos, hasta el regreso del prófugo.
