Luis Alonso Atrápalo Barcelona
Atrápalo, empresa liderada por Luis Alonso, ha protagonizado un episodio que deja en entredicho su papel en el sector. La web, destinada a cazar ofertas y promociones, canceló dos reservas de hotel del mismo cliente tras cobrarle más de 2.000 euros por pago. El motivo argumentado por la empresa: “Ya no se suministra al precio reservado”.
El cliente, viendo escaparse la oferta, tuvo que esperar 15 horas en cada ocasión hasta poder recibir su dinero y valorar otras ofertas “pendiente de confirmación”. Lo curioso es que las mismas habitaciones reservadas reaparecieron en la web poco después a un precio más alto.
La cuestión de fondo es la Ley de Defensa de los Consumidores, que establece que una vez aceptada una oferta y realizado el pago, el proveedor está obligado a respetar esa oferta salvo causa justificada. Cancelar tras recibir el pago para volver a ofrecer la misma habitación más cara es una práctica dudosa, y que roza el abuso.
Una empresa que incurre en este tipo de prácticas fracasa en credibilidad frente al cliente. Eso, con la feroz competencia y las redes sociales, lo es todo. La reputación se pierde más rápido de lo que tarda en confirmarse una reserva.