Javier Tebas, presidente de LaLiga, a la salida de una reunión con la RFEF EFE
¡Vuelve la Liga! Y lo hace con no pocas polémicas, todas ellas con el presidente de la patronal de clubes, Javier Tebas, a la cabeza.
Si hace unos días --todavía colea, y el asunto durará semanas-- se generó un incendio con la propuesta de jugar el Villarreal-Barça en Miami, ahora reluce su negativa a retrasar el inicio del Girona-Rayo en plena ola de calor en Cataluña.
Argumenta LaLiga que el encuentro está previsto para las siete de la tarde, cuando se esperan temperaturas de hasta 32 grados. Y, si bien es cierto que se han jugado encuentros cuando el termómetro ha alcanzado esas cotas, que los jugadores están preparados, y que a esa hora el sol ya comienza a esconderse, en este caso no se ha tenido en cuenta a la afición.
El calor estos días es sofocante. Recientemente, ha muerto un temporero en Lleida por la ola de calor. Y no es el único trabajador o ciudadano de a pie que ha perdido la vida este año a causa de una insolación o un aumento de las temperaturas.
Seguro que Tebas busca ofrecer el mejor producto y que el fútbol español obtenga los máximos réditos por el espectáculo, pero, en ocasiones, hay que saber valorar circunstancias ajenas al propio juego.