
Raul López (c), presidente de Monbus, en la feria Fitur de Madrid
La empresa gallega Monbus se ha situado en mitad de un fuego cruzado entre la Generalitat de Cataluña y la Autoridad Catalana de la Competencia (Acco) por las concesiones de autobús interurbano en la región.
El gigante de movilidad se juega la externalización de una línea de autobús importante: la que une Manresa y Barcelona ciudad, dotada con algo más de 12 millones de euros. La licitación está en sus compases decisivos.
Pero lo más importante es que el concurso público es la primera piedra de toque de la Administración autonómica con la renovación de sus concesiones. Y respecto a estos encargos, Competencia ha exigido recientemente que sean más competitivas.
No es una demanda nueva de la Acco, que ya ha advertido a otras instituciones de que tienen que abrir los procesos de captación de empresas. Lo ha dicho Competencia en, por ejemplo, las licitaciones metropolitanas.
Ahora, su foco llega también al resto de la autonomía con la renovación de los contratos de transporte entre ciudades. Y en esa pelea, la primera de la liza es Monbus.
Lo más preocupante es que la gallega de la familia López no llega al pulso con los deberes hechos: acumula quejas por el servicio que da con su filial Hispano-Igualadina, como explicó este medio. Es, precisamente, la marca que opera el Manresa-Barcelona.