
Elvira Bisbe, presidenta del Colegio de Médicos de Barcelona
Elvira Bisbe se estrena hoy como presidenta del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB). La dirigente del poderoso ente colegial desgranará su programa al frente de la institución en un acto público en la Casa Seat de la Ciudad Condal, después de haber sido elegida sin oposición hace unas semanas, tal y como informó este medio.
En su nueva tenencia al timón del COMB, la doctora Bisbe, que por ahora no ha contestado para ser entrevistada por Crónica Global, tiene dos retos fundamentales. El primero es evidente: trabajar para que el Colegio deje de ser un apéndice más del independentismo catalán.
Hasta ahora, el organismo ha servido sólo a los intereses del nacionalismo catalán, y ello no es buena noticia para nadie. Ahora, con Bisbe al frente, el COMB tiene la oportunidad de abrirse de miras y abrazar la diversidad de Cataluña. Capítulos como el despido rodeado de indicios de acoso al vicepresidente de Sociedad Civil Catalana (SCC), que ha terminado en denuncia penal, no se deben repetir.
El segundo reto es más titánico si cabe. La nueva jefa de los 45.000 médicos catalanes debe hacer limpieza interna. Debe poner orden en la casa y deshacerse de una capa médico-empresarial que ha utilizado el Colegio más para sus propios intereses que para los comunes.
Directivos como Jaume Aubia o Albert Lluch han creado una paraestructura corporativa beneficiada de la estructura y fiscalidad colegial que, el algunos casos, hace competencia al sector privado. Y que, en ocasiones, rozó los indicios de favoritismo más abyectos, como en el caso del párking de la institución, cuyo proyecto técnico se encargó a Hormipresa, la cementera catalana en la que participaba Aubia con otros dos socios.
Negro sobre blanco: Bisbe tiene que cortar con la etapa de Jaume Padrós, poner orden e imponer un férreo compliance en el Col·legi: los 45.000 médicos catalanes lo agradecerán.