El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, en una comparecencia en el Parlament / EP

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, en una comparecencia en el Parlament / EP

Examen a los protagonistas

Rafael Ribó

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Rafael Ribó se resiste a dar un paso al lado definitivo de la escena pública después de cuatro décadas dedicadas a la política. A punto de cumplir los 80 años, el controvertido ex Síndic de Greuges se ha embarcado ahora en una nueva andadura en una entidad sin ánimo de lucro: el Banc dels Aliments, al cual pretende aportar su "experiencia" -según asegura- como colaborador del presidente de esta fundación.

Esta ayuda no tendría nada objetable si no fuera porque el largo currículum de Ribó está salpicado de polémicas. En especial, por su gestión y actividad al frente del defensor del pueblo catalán, cargo al que se aferró casi dos décadas (de 2004 a 2022), y desde el cual exhibió una clara sintonía con los mandatarios del procés y las tesis del nacionalismo gobernante en Cataluña -entre ellas, su acérrimo rechazo al 25% de clases castellano en las escuelas-.

Siendo Síndic, Ribó protagonizó, además, escándalos como su viaje en un vuelo privado con investigados de la trama del caso 3% que le invitaron a acudir a la final de Champions del Barça de 2015; sus numerosos desplazamientos oficiales a lo largo y ancho del mundo -16 de ellos, junto a su pareja, la cual trabajaba con él-; y otros, como la piscina -"lámina de agua", según matizó después a Crónica Global- que instaló en el balcón de su despacho en Barcelona.

Cierto es que, tras tantas décadas en primera línea de la política -las tres primeras de ellas, como diputado de Iniciativa en el Parlament y en el Congreso-, Ribó cuenta con conocimientos que podrían resultar útiles al Banc dels Aliments. Pero, al mismo tiempo, su trayectoria hace que su colaboración sea, cuando menos, cuestionable.