Andrés Iniesta
Andrés Iniesta se retira. El futbolista manchego cuelga las botas cuando y como quiere. Con 40 años y con todos los éxitos posibles a sus espaldas. Liga, Copa, Champions, Eurocopa... y Mundial, el del 2010, el único que tiene España, y que aquella selección de ensueño ganó con un gol de Iniesta para la historia.
Para Iniesta sólo hay buenas palabras. No se le recuerdan salidas de tono. Dejó el Barça cuando asumió que ya no podía estar al nivel requerido; no quería convertirse en una rémora para el equipo. Un ejemplo dentro y fuera del campo. Y no sólo por eso: además, tuvo la valentía de contar que había pasado por una depresión profunda, y que necesitó ayuda para remontar el vuelo. Normalizó el cuidado de la salud mental.
Iniesta verá a partir de ahora el fútbol desde fuera, pero la huella que deja en el campo es imborrable. Aplaudido en todos los estadios, cuenta además con una calle y dos estatuas, la última inaugurada hace unos días en Albacete. Poco, seguramente, para el cariño que le tiene la gente y para lo que ha hecho disfrutar a la afición.