Sisco Sapena
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Si por algo es tremendamente exigente el universo bursátil es por la continua fiscalización tanto de los resultados de las cotizadas como de su transparencia y buen gobierno corporativo. De ahí que tan importante sea vender una compañía como un ejemplo de gestión y rentabilidad, como hacerlo a la manera de un modelo de comportamiento en la operativa del mercado.
De ahí que la sanción impuesta por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a Lleida.net y a su fundador y presidente, Sisco Sapena, suponga un serio toque de atención a la compañía tecnológica, que puede ver cómo sus indudables logros en cuanto a la evolución del negocio y los resultados quedan empañados por malas prácticas a la hora de facilitar información a accionistas e inversores.
Las cuestiones relacionadas con el gobierno corporativo, la responsabilidad social de las compañías y su relación con los llamados "grupos de interés" cuentan cada vez con un mayor peso en la toma de decisiones de los gestores a la hora de confeccionar sus carteras. Más allá de las sanciones económicas, que también pesan, el deterioro de la confianza por una infracción de abuso de mercado (o "mal uso del mercado", como gustaba denominarlo al expresidente del supervisor Blas Calzada) puede tener un coste incalculable para una cotizada.
Con algo tan aparentemente sencillo de evitar como una comunicación errónea o falseada al mercado puede echarse por tierra todo el trabajo de un equipo de profesionales que, como indican los resultados de Lleida.net, es de elevada calidad. Bien hará Sapena en reforzar las alertas porque el mercado no concede demasiadas oportunidades.