Juan Roig, presidente de Mercadona / EUROPA PRESS
Juan Roig
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La transición energética siempre ha corrido el riesgo de contar con muchos teóricos pero menos prácticos. De ahí que iniciativas como la de Mercadona para apostar firme y decididamente por incorporar las energías limpias y el autoconsumo como pilar estratégico sean especialmente bienvenidas y supongan el mejor estímulo para profundizar en esta senda.
Con la culminación de su planta fotovoltaica en el bloque logístico de Abrera, en la provincia de Barcelona, la cadena de distribución que preside Juan Roig alcanza la cota de 100 Mw de potencia instalada con esta tecnología, que cubrirán el 6% de la energía que consume la compañía.
Una inversión de 75 millones que contribuye a evitar la emisión de 16.000 toneladas de CO2 al año, además de fomentar un consumo más eficiente y generar ahorros a Mercadona, que le permite generar más empleo y mantener el poder adquisitivo de sus trabajadores en épocas de elevada inflación como la atravesada en los últimos ejercicios.
El esfuerzo de Mercadona en este terreno también supone lanzar un mensaje tanto a la sociedad en general como a aquellos a los que cuesta más creer en la bonanza de la descarbonización de la economía: con voluntad, con un plan y la necesaria previsión, el reto no sólo es posible sino altamente beneficioso; y no sólo para quien arriesga, invierte y lo pone en marcha sino para la comunidad que le rodea.
