Pere Aragonès
Las lluvias de las últimas semanas le han caído como agua de mayo al Govern que encabeza Pere Aragonès. Los embalses siguen muy bajos, pero Cataluña ha dejado atrás la emergencia por carestía. No obstante, eso no debe tapar la nula gestión del problema, pues la falta de inversiones en infraestructuras de este y anteriores Ejecutivos pronostican situaciones similares en el futuro.
Sin embargo, esta lluvia le ha venido a Aragonès como anillo al dedo, y le ha permitido utilizarla en mitad de la campaña electoral. Su conseller de Acción Climática, David Mascort, ha levantado el grueso de las restricciones de agua a menos de una semana del 12M. Dice que quien crea que es una medida electoralista es que no le conoce... aunque se puede considerar, al menos, oportunista.
Sobre todo, conociendo los antecedentes de Mascort, que tanto en la gestión de la sequía como en la de los agricultores ha sido un verso libre y ha prometido cosas que no podía ofrecer, o que los entendidos en la materia le decían que no podían ser. De reojo, miraba la caída de ERC en las encuestas. Nada es casual.
Por si fuera poco, el Govern de Aragonès quiere también cerrar otro asunto antes de las elecciones: la elección de un segundo major de Mossos d'Esquadra. Un puesto que tiene nombre y apellidos (Eduard Sallent, el actual comisario jefe), aunque el director de la policía, Pere Ferrer, tiene que hacer el teatrillo de entrevistar a la otra aspirante.