Dolors Feliu, presidenta de la ANC
Dolors Feliu
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No han sido las formas, de principio a fin. El enorme cisma que la fracasada lista cívica ha generado en la Assemblea Nacional Catalana (con un alud de dimisiones y un movimiento paralelo en contra) ha desembocado en el fiasco del proyecto, que Dolors Feliu ha tratado de sacar de cualquier manera.
Los socios le han dicho no a la presidenta de la entidad independentista. Los resultados (con solo 98 papeletas de diferencia) tumban su intento de introducir un grupo de diputados destinados a dinamitar el Parlament declarando la independencia y publicándola en los documentos oficiales.
Ha sido ella quien ha anunciado el fiasco en un acto en Taradell, no sin ponerle un broche surrealista a esta historia. "Podríamos hablar de un empate técnico", arrancó diciendo Feliu, antes de interpretar la voz de sus socios como "un no por ahora", darle la vuelta para vestirlo de "aviso a los partidos" y de señalar que "el adelanto electoral ha influido de manera significativa".
Una resistencia a la aceptación de la derrota que contrasta con la democracia que tanto reivindica desde la entidad; esta también consiste en saber encajar los resultados sin interpretaciones endiabladas para ocultar su fracaso.
