Nacho Martín Blanco
Nacho Martín Blanco es el vivo ejemplo de que en política hay que medir cada palabra, pues las lupas están sobre los representantes públicos. La sinceridad es un valor muy positivo que se está perdiendo, pero el bienquedismo es otra cosa. Y el diputado del PP lo ha sacado a relucir en una reciente entrevista en Cafè d'Idees de La 2.
Martín Blanco, que saltó del barco de Ciudadanos antes del naufragio de la formación naranja para recalar en el PP, considera que Ruben Wagensberg (ERC) es una "buena persona" y espera que su caso termine judicialmente "bien". Se refiere a los indicios de que Wagensberg es uno de los ideólogos del Tsunami Democràtic y puede terminar enjuiciado por terrorismo, motivo por el que el republicano ha huido a Suiza durante una temporada.
Nadie cuestiona la presunción de inocencia de Wagensberg, pero Martín Blanco, ya bregado en estas batallas, debería medir sus palabras, más cuando su partido defiende la posibilidad de que lo ocurrido en Cataluña durante el momento álgido del procés tenga trazas de terrorismo. Y es que el diputado popular no es la primera vez que marca un perfil propio quizá de forma involuntaria; ya lo hizo en TV3 en plena investidura de Pedro Sánchez, cuando sugirió una abstención del PP para evitar un Gobierno apoyado por socios nacionalistas.