Judit Cornellà, alcaldesa de Campelles, junto al director dels Serveis Territorials

Judit Cornellà, alcaldesa de Campelles, junto al director dels Serveis Territorials Ajuntament de Campelles

Examen a los protagonistas

Judit Cornellà

5 marzo, 2024 00:00

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El Ayuntamiento de Campelles, municipio gerundense del que Judit Cornellà (Junts) es alcaldesa, ha anunciado el corte del suministro de agua en horario nocturno a partir de este lunes. En concreto, los 130 vecinos de la pequeña localidad pirenaica no podrán abrir del grifo entre las diez de la noche y las siete de la mañana. Se trata del primer consistorio catalán en aplicar este tipo de medidas extremas en el contexto de la sequía actual.

En los últimos meses, el gasto de agua en el municipio se ha situado por encima de los 400 litros por persona y día, casi el doble del volumen previsto para el estado de excepcionalidad en el que se encuentra el pueblo, el tercer nivel con restricciones más severas dentro del Pla especial de sequera del Govern. En este estadio, las localidades que rebosen el cupo de 230 litros de agua por persona y día de media pueden ser multadas por la Agència Catalana de l'Aigua (ACA).

El corte en el suministro de agua, un capítulo que ya vivieron en Campelles durante la sequía de 2022, no se trata en este caso de un problema de falta de abastecimiento, ha asegurado Cornellà a Crónica Global, sino de una solución para evitar las sanciones de la Generalitat. La alcaldesa ha confesado que se han detectado posibles fugas en las cañerías más antiguas del pueblo, hechas de fibrocemento, que estarían causando este elevado gasto de agua y tienen indicios de que el líquido que se pierde es incluso mayor que el gasto de lkos vecinos. 

Aun así, son ellos los que pagarán un peaje de falta de suministro nueve horas al día un mínimo de 10 días (está previsto que el próximo miércoles se sustituyan algunas de las tuberías estropeadas). La restricción reconoce la falta de mantenimiento de la infraestructura municipal que se debe solucionar sin más demora.

Cornellà ha tratado de minimizar las consecuencias de esta decisión en el día a día de los vecinos asegurando que "muchas casas tienen depósito, y sino siempre se pueden llenar un par de barreños de agua antes del cierre del grifo". No es una respuesta de recibo para la vecindad. El consistorio tiene que darse prisa y ejecutar las obras sin mayor dilación.