Tito Álvarez
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En Cataluña conviven dos lenguas de forma secular: el catalán y el español. Ambas tienen el mismo estatus jurídico y, por tanto, sus hablantes cuentan con los mismos derechos a la hora de emplearlas.
Cuestión distinta es que la dinámica social dificulte en ocasiones esta buena vecindad. Por ello, el fomento del catalán no está mal siempre y cuando no suponga imposiciones a la ciudadanía. Desgraciadamente, la última propuesta del líder de Élite Taxi, Tito Álvarez, va en esta línea.
El jefe del amarillo y negro ha reclamado exámenes de catalán para los chóferes e incluso ha solicitado la inclusión de este requisito en el Pacto Nacional por la Lengua. Se trata del camino equivocado. Hay que decir sí a la diversidad de lenguas --aquella que justamente intenta aniquilar el nacionalismo catalán--, pero no a la imposición de lenguas.