Paola Galbany
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Es inaceptable que el Colegio de Enfermería de Barcelona (COIB, por sus siglas en catalán) subvencione la asistencia a una manifestación organizada por un sindicato. Cualquiera, rompiendo el necesario deber de neutralidad institucional.
Pero peor aún si se trata de una central que no cuenta ni con representación en la Mesa Sectorial del Instituto Catalán de Salud (ICS). Infermeres de Catalunya, por muy nacionalista que sea, no ha sido votada por los sanitarios catalanes. No cuenta con la capacidad de representación. La subvención por acudir a su protesta deja al COIB en muy mala posición con Satse, CCOO, UGT y Catac, plataformas que sí tienen representantes.
La posición del Colegio es la última muestra de una deriva sectaria que tendría que llegar a su fin. El organismo es oficial, y debe permanecer neutral. Porque de lo contrario se arriesga a perder la confianza de las más de 50.000 enfermeras y enfermeros catalanes. Recuperar la senda oficial es trabajo de su presidenta, Paola Galbany.