Miquel Trepat
Noticias relacionadas
El escándalo de la profanación de tumbas en el cementerio de Montjuïc el pasado julio propició que los responsables de Cementiris de Barcelona (CBSA) prometieran a las familias que reforzaría la seguridad en la necrópolis.
Si bien es cierto que la empresa municipal que gestiona el camposanto aumentó la vigilancia y participó en un dispositivo con Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana, las medidas adoptadas para blindarlo parecen a todas luces insuficientes.
Prueba de ello es el reciente expolio de uno de los panteones más icónicos del cementerio, una de las paradas obligatorias en la ruta turística que ofrece el Ayuntamiento de Barcelona. La familia Coromina, propietaria del mausoleo, se ha quedado sin la verja de forja de 1907 que coronaba la terraza flanqueada por una doble escalinata. Los cacos han extirpado con precisión quirúrgica esta pieza de valor incalculable que completaba la obra de mármol de carrara culminada por un ángel.
Aunque blindar el cementerio es imposible por su tamaño (ocupa 56 hectáreas), el robo en una de las obras funerarias de referencia por la calidad artística de la pieza demuestra que la dirección del camposanto más conocido de Barcelona, a cargo de Miquel Trepat, tiene mucho trabajo pendiente.