Juan Roig
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No suele prodigarse en público Juan Roig, presidente de Mercadona, pero cuando lo hace suele hablar de forma directa y clara. Ha sido el caso de su última intervención, en la que ha hecho un llamamiento a la clase política en general para que, lejos de la creciente crispación que genera, contribuya a apaciguar los ánimos y mejorar el ambiente en el país.
Las palabras de uno de los referentes del panorama empresarial español, al frente de una de las empresas más populares del territorio, no son gratuitas. Roig las ha argumentado con los efectos perniciosos que genera el clima negativo en la actividad económica, el desarrollo de los negocios. Es decir, en la riqueza del país.
Y ha puesto un ejemplo óptimo en la figura de Portugal, donde no duda que Mercadona frenaría las inversiones que está haciendo con motivo de su expansión en el país vecino, si se encontrara un panorama similar. Cabe recordar que el Gobierno luso está en crisis tras la renuncia del que fuera hasta hace unos días primer ministro, Antonio Costa, por su presunta relación con un caso de corrupción. Ni siquiera con esta circunstancia, el ambiente político y social allí es comparable con el español.
Todo un aviso para navegantes y cargado de responsabilidad: la crispación política y el fomento de la división entre los ciudadanos espanta inversiones. Y eso, como ha recalcado Roig, es malo para todos.