Anna Erra
Noticias relacionadas
Ni 48 horas ha tardado. La primera decisión de Anna Erra tras ser nombrada el pasado viernes nueva presidenta del Parlament ha sido hacer rápido las maletas y viajar a Bélgica a rendir pleitesía a Carles Puigdemont, con quien se reunió ayer en su mansión de Waterloo.
No contenta con ello, la dirigente de Junts per Catalunya se despachó a continuación con una soflama ultranacionalista en la que, además de anunciar que utilizará su cargo para que el fugado pueda volver a Cataluña sin rendir cuentas ante la justicia, cargó contra el Poder Judicial y la separación de poderes.
De este modo, y al igual que en su discurso de investidura del viernes, Erra desafió a quienes no comparten sus postulados y dejó patente varias de las características de su trayectoria política: su falta de neutralidad institucional, de ecuanimidad y de respeto a la diversidad ideológica, tres requisitos imprescindibles para el cargo. Por no hablar de cuáles son sus prioridades, pues lo primero que ha hecho ha sido acudir rauda y veloz a reunirse con el prófugo.