Pere Aragonès

Pere Aragonès intenta enderezar el rumbo de su Govern después del batacazo electoral de ERC en las pasadas elecciones municipales. El presidente de la Generalitat no descarta remodelar su Ejecutivo, donde de momento se da por hecha la marcha de su consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, quien tras las generales del próximo 23 de julio será diputada en el Congreso.

La salida de sus socios de coalición de Junts per Catalunya (JxCat) el pasado octubre dejó seriamente tocado al gobierno autonómico catalán, desde entonces con los republicanos al mando en franca minoría. Por más golpes de efecto que planee Aragonès, de poco o nada le servirán si ERC no hace examen de conciencia sobre su gestión y la de su partido y aboga por romper amarras, de forma definitiva, con sus habituales compañeros de viaje posconvergentes. En este sentido, la sumisión a éstos volvió a quedar patente, de nuevo, el pasado viernes, cuando ERC votó a favor de la ultranacionalista Anna Erra como presidenta del Parlament. Una pésima señal, y que difícilmente cambiará mientras Oriol Junqueras se mantenga al frente de la formación.