Sigfrid Gras
Más vale tarde que nunca
El humor lazi (¡ese oxímoron!) acaba de recibir un correctivo por parte del director de TV3, Sigfrid Gras, quien ha cesado fulminantemente a un supuesto humorista llamado Manel Vidal que prestaba sus discutibles servicios en el late night pretendidamente humorístico Zona Franca, que dirige un tal Joel Díaz, otro graciosillo lazi que, eso sí, en comparación con el cesante Vidal es prácticamente Lenny Bruce (aunque desconfío de la gente que luce un nombre exótico seguido de un apellido español común y corriente, de ahí que tampoco le vea la gracia a Jair Domínguez). El motivo del cese del señor Vidal es que éste se vino arriba en un momento determinado y comparó a los votantes del PSC con los nazis, iniciativa arriesgada cuando los procesistas de ERC, que ahora mandan mucho en la tele autonómica, están negociando los Presupuestos de la Generalitat con los sociatas de Salvador Illa (convertido para la ocasión en una excelente dominatrix, todo hay que decirlo). Ante la indignación del PSC, algo tardía, ya que el humor lazi lleva tiempo dando motivos para ser puesto en su sitio, el señor Gras optó por cesar al tal Vidal y, ya puestos, por decirle a su ex jefe que se abstenga a partir de ahora de empezar el programa cada noche con la expresión "puta noche y buena España" (para que el espectador avisado deduzca que el mensaje es Puta España). Como era de prever, se ha abierto el inevitable debate sobre la libertad de expresión y los límites, si los hay, del humor.
Evidentemente, no me creo que el señor Gras sea un librepensador admirable con ganas de poner orden en su corralito audiovisual (aunque falta le hace). Probablemente, se trata de un hombre del régimen y cuenta con la aprobación de sus mayores para hacer lo que ha hecho. Pero seamos optimistas y reconozcamos que algo va mejorando en la nostra, donde hasta ahora se ha practicado por parte de sus presuntos humoristas un odio irracional y pueril a todo lo que tenga que ver con España. Quejas al respecto las ha habido a granel, pero los sociatas (que son como los gallegos y nunca sabes si suben la escalera o la bajan en cuestiones patrióticas) solo han reaccionado cuando se les ha insultado directamente a ellos. Menos da una piedra.
El aparato de agitación y propaganda del lazismo (o sea, TV3 y Catalunya Ràdio) rebosa de humoristas siniestros movidos por el odio a España, pero de momento solo ha caído el tal Vidal. De hecho, queda mucha gente por cesar. Prácticamente, todos los presuntos humoristas en nómina, empezando por Jair Domínguez y el prehistórico Peyu, siguiendo por Joel Díaz y acabando por Juliana Canet, una rubia gélida que suele aparecer en el hilarante programa Tot són problemes junto a dos tíos que tienen la gracia en el culo y que acostumbra a vestir camisa blanca y corbata negra para que nos hagamos una idea de lo bien que le sentaría el uniforme de las SS (¿qué pasa, no puedo hacer yo también chistes de nazis?). La aguerrida Juliana, por cierto, aprovechó el cese de su compañero para tuitear acerca de los "putos españoles", algo que en otros tiempos igual le habría garantizado un ascenso, pero que ahora, con el método Gras, igual se vuelve en su contra.