Juli Fernández
En pleno aviso de recesión económica, el Govern se gastará la friolera de 479 millones para tomar las riendas del Eix Transversal. Unos recursos que la Generalitat empleará para quedarse la gestión de la C-25, hasta ahora todo un ejemplo de colaboración público-privada, en vez de en culminar infraestructuras pendientes como la línea L9 del metro o la red de Ferrocarrils.
Pero Territorio está decidido a ejecutar una operación sin sentido económico y que, además, amenaza con empantanarse en los tribunales. Por no hablar de la pésima imagen que la Generalitat manda a los futuros inversores en obra pública.